"Tengo miedo de encontrarme con la verdad", ha afirmado el DJ en un mensaje dirigido a su difunto padre, Paquirri.
La guerra entre Kiko Rivera e Isabel Pantoja escribe un nuevo capítulo con el nuevo mensaje que el DJ ha compartido a través de sus redes. Después de que Irene Rosales pidiera públicamente calma y abogase porque el conflicto se libre de puertas para adentro, su marido no parece dar una tregua.
"Ojalá estuvieses aquí papá. Nada de esto estaría pasando", asegura en su último 'post' donde ha aprovechado para rescatar una imagen que forma parte de su álbum más personal donde padre e hijo disfrutan de una jornada estival. "Tengo miedo de encontrarme con la verdad", asegura.
No solo eso, lanza una clara advertencia: "Pero voy a luchar hasta el final tumbando a quien haga falta tumbar. Si ellos no supieron respetar tu voluntad, si todavía está en mi mano, te juro por Dios que yo lo haré". Concluye recordando que hoy nota, más que nunca, la ausencia de su padre. "Te extraño tanto en estos momentos no sabes cuánto".
Como consecuencia de este conflicto familiar y después de 36 años de la muerte de Francisco Rivera 'Paquirri' en la plaza de toros de Pozoblanco, su nombre ha vuelto a la actualidad de la crónica social y se está hablando mucho de su herencia. Un tema que ha tocado el DJ en este último mensaje asegurando que desea respetar su voluntad.
La herencia de Paquirri
El testamento de Paquirri dividió de esta manera Cantora: un 49 % para Kiko Rivera y el 51% para su madre. Esa disposición de la herencia provoca que Kiko no pueda vender la propiedad, por lo que debe llegar a un acuerdo con la artista. En su momento, Kiko propuso a su madre venderla con el objetivo de saldar sus problemas económicos, una propuesta que ella pronto rehusó.
Los diversos miembros de la familia se han pronunciado al respecto. Irene Rosales ha aclarado que su marido no deseaba la herencia para fiestas ni para comprarse una casa, solo para solucionar ciertas deudas que aún hoy tiene. Por su parte, Isa Pantoja afirmaba lo siguiente en tono concialiador: «Entiendo que Kiko tenga esa necesidad, lo puedo entender. Él puede hacer lo que quiera con su dinero. Mi hermano tiene ya 35 años, tiene una edad. Es una cosa que le dejó su padre. Yo también lo reclamaría».La tonadillera nunca ha deseado desprenderse de su mejor refugio, Cantora, donde convive junto a su madre, doña Ana, de 89 años. Uno de los motivos por los que no desea poner a la venta esta propiedad situada en Medina Sidonia (Cádiz) es por el delicado estado de salud de su progenitora. «Mi madre no está dispuesta a vender Cantora, no es el momento, mi abuela está mal», afirmaba la hija de la artista.