Cumplidor y amante de su trabajo. Así definen a Máximo Huerta todos aquellos que han tenido la suerte de trabajar con él, los mismos que ahora lamentan su ausencia en un día clave para él. Hablamos de la Feria del Libro de Zaragoza, a la cual no podrá asistir por un motivo de peso el próximo sábado 1 de junio.
La razón no es otra que su ingreso de última hora. El escritor, según ha confirmado su editorial Planeta y posteriormente él mismo, sufre una severa diverticulitis, por la que ha tenido que cancelar todos sus compromisos profesionales. Pero, ¿qué es esta enfermedad aparentemente común?
El mensaje que Máximo Huerta manda desde el hospital
A pesar de que todo estaba cerrado para que Máximo Huerta comenzara abriendo la programación en el Kiosco de las Letras, no le será posible. Un contratiempo que él ha lamentado desde la clínica en la que permanece hospitalizado. Desde allí ha recalcado que la actividad no se suspende, sino que se retrasa hasta una fecha en la que él esté completamente sano y sin dolor alguno.
Y es que la diverticulitis es algo muy doloroso. Los expertos cuentan que se trata de una enfermedad en la que se forman "bolsas o sacos que sobresalen en la pared del colon" y provoca grandes dolores abdominales, además de diarrea o estreñimiento severo.
Del mismo modo, estos síntomas pueden ir acompañados de fiebre o nauseas, siendo varias las recomendaciones ante un proceso así. Los expertos aconsejan guardar reposo y dieta absoluta, así como hidratación por vena o antibióticos, lo cual explica que el escritor haya frenado y reajustado su agenda hasta nuevo aviso.
"La salud está por encima de todo": su mensaje desde la clínica
Es precisamente esto lo que piensa hacer Máximo Huerta, tal y como ha revelado en sus redes sociales. "Queridos lectores, me veo obligado a cancelar todos los compromisos de este fin de semana. He vuelto a ingresar por Urgencias en el hospital por una diverticulitis aguada de colon. Me han aconsejado no viajar", comenzaba diciendo.
"Lamento mucho todo el trastorno que pueda ocasionar, pero la salud está por encima de todo. Confío en estar el próximo fin de semana. Muchas gracias y abrazos", escribía poco después de que la noticia circulara por redes sociales.
Un escueto comunicado que ha acompañado de una imagen muy llamativa. Una que no deja lugar a dudas. En ella aparece su muñeca, en la cual se atisba una pulsera de identificación hospitalaria, donde se puede leer su nombre.
Pocas horas antes de su anuncio, en X encontrábamos un tuit que anunciaba este cambio de última hora. "Aplazamos nuestro encuentro con Máximo por un problema de salud del escritor. Le será imposible estar este sábado en Zaragoza. Él nos trasmite sus ganas de venir a conocernos así que lo aplazamos para reubicarlo este verano. Tenemos una pronta recuperación", apuntaban.
Su otro ingreso más sonado
Fue hace dos años cuando el presentador se vio obligado a parar en seco y cancelar una cita con sus lectores. Se dio de baja por problemas respiratorios graves, por los cuales tuvo que ser ingresado.
Él mismo reveló los motivos, dejando claro así que estaba atravesando por un proceso complicado en cuanto a salud se refiere. Entonces comenzó con bronquiolitis, a lo que se sumaron "broncoespamos y falta de oxígeno en sangre".
Para este fin de semana tenía varias jornadas para firmar su última novela, 'París despertaba tarde', pero todo los actos en los que él era protagonista han sido pospuestos. Lo que todavía es una incógnita es si podrá acudir como ponente al evento que tenía el próximo miércoles 5 en Valencia. Allí le esperaba una cita llamada 'Transformation with purpose', donde ya confirmó su asistencia.
Además de por él, Máximo Huerta está preocupado por su madre, Clara Hernández. Está volcado en ella, quien sigue olvidando parte de sus recuerdos. "Estoy ahora frente a vosotros, en esta pantalla. Debo hacer cosas y pensar menos. ¿Tantas pastillas cada día? ¿Son necesarias? Sí, para seguir", apuntaba hace unas semanas ante sus seguidores, su gran familia virtual.
La reflexión del escritor sobre su futuro
Un largo e intenso camino en el que en varios momentos se ha preguntado por su futuro. Al exministro le asalta la duda de qué pasara con él cuando se haga mayor y no tenga hijos a su lado. "¿Quién cuidará a los que hemos cuidado? ¿Quién se ocupará de los que no tenemos hijos? Supongo que, cuando pierda el norte, la chaveta, las orejas se agranden, la nariz y los ojos sean grises, vendrá alguien de mi familia a instalarme en alguna residencia. O seré yo quien, con un poco de suerte, acierte con la fecha concreta y pida habitación antes de que todo se derrumbe", espetó.
Fue a comienzos de 2023 cuando se mudó a Buñol para cuidarla, aunque el proceso fuera difícil. Muchas veces también angustioso. "Perder es sólo para valientes. Yo no sé si soy tan valiente como me creo. No por mí, por los demás. Me cuesta ser lo suficientemente fuerte para cuidar".