La llegada al mundo del pequeño Hugo el pasado mes de junio llenó de felicidad al matrimonio formado por Jesulín de Ubrique y María José Campanario . Desde entonces, la pareja ha llevado una vida tranquila y familiar, muy centrada en el cuidado de su hijo pequeño. Sin embargo, la salud de María José, que ha tenido que ser ingresada en diversas ocasiones a causa de la fibromialgia que sufre desde hace años, le ha vuelto a jugar una mala pasada llevándola a ser ingresada en el Hospital San Juan Grande de Jerez de la Frontera (Cádiz).
Su gran apoyo
Durante los días que María José permaneció hospitalizada, Jesulín apenas se separó de su lado. De hecho, solo lo hizo durante unos minutos para ir en moto a comprar algo de comida y a por ropa limpia a su casa. Y es que, tras sus últimas crisis de salud, Jesulín vive volcado en su mujer. Para él, en este momento, tanto ella como su familia son su prioridad y por ello su profesión ha quedado postergada a un segundo plano, motivo por el cual el torero ha ganado un poco de peso y no se encuentra en tan buena forma física como hace unos años.
Por suerte, la evolución de María José fue muy buena y por ello, tras unos días ingresada, abandonó discretamente el hospital para continuar la recuperación en su casa, arropada por los suyos. Así pudo volver a abrazar a su familia, especialmente a su hijo pequeño, al que echó mucho de menos durante el ingreso.
Por desgracia, el matrimonio ya está bastante acostumbrada a estas hospitalizaciones de las que María José es objeto cada cierto tiempo debido a sus problemas de salud. Por este motivo, cuando se enteraron de la buena nueva de que iban a ser padres de nuevo, decidieron que la gestación transcurriera de la forma más tranquila posible, manteniendo a María José ajena a cualquier noticia que le pudiera afectar para que no hubiera sobresaltos. No hay que olvidar que, debido a su fibromialgia, que le provoca, entre otras cosas, un dolor crónico en sus músculos y huesos, su embarazo era de riesgo y todas las precauciones eran pocas.