Este martes 21 de febrero, Manuel Díaz 'El Cordobés' ha ofrecido una rueda de prensa en la que ha dado las gracias a la prensa por el apoyo que ha recibido durante décadas en su afán por acercarse a su padre, Manuel Benítez. Padre e hijo por fin acercaban posturas y protagonizaban un emocionado reencuentro el pasado 14 de febrero, coincidiendo con el Día de San Valentín. Ese día sorprendían a todo el mundo compartiendo su primera foto junto a su progenitor. "¡La foto de mi vida!", escribía en sus redes. En los últimos días, el torero ha vivido un auténtico carrusel de emociones. Desde que era un niño ansió abrazar a su padre, y que este lo reconociera como su hijo. Ha tenido que esperar 54 años y sortear todo tipo de obstáculos para hacer realidad su sueño. "Había oído la verdad, pero necesitaba la mía", ha arrancado diciendo. "Tengo que saber a ciencia cierta porque tengo miedo, aunque parezca duro y que siempre he tirado para adelante, he sufrido ese miedo. Está claro que no me arrepiento y salió mi verdad. Yo estaba en el campo, esa situación es muy traumática...de repente recibo una llamada de teléfono em dice que tengo un 99%... dice que somos compatibles". Su relato ha resultado conmovedor. Y es que el día que por fin se vieron por fin logró lo que ansiaba desde que era un niño: "Yo buscaba meterme debajo de él, que me acurrucara".
Manuel Díaz ha hablado de cómo conoció a su hermano Julio, al que califica como "un tío fantástico". "Me he encontrado con mi hermano y me siento feliz de haberme encontrado con él. Pero en 2018 me surge un problema y me tengo que operar de la cadera... Se me apareció otra vez la oportunidad de mi vida, la oportunidad del reencuentro. La historia de mi vida es la historia de un chaval que se inculca en el respeto y en el amor". También ha tenido palabras de cariño para su madre, María Dolores Díaz: "Mi madre ha sabido convertir las cosas negativas en positivas... Han sido años que no han sido fáciles. Mi madre (se emociona) dice que os de las gracias que ella está tranquila. Está feliz, tiene una edad y no quiere participar porque delegó en mi, supo apartarse y animándome y apoyándome. Sobre todo entendiéndome. Os manda un beso y os pido que respetéis su postura.". Incluso se ha acordado del que fue su suegro, el desaparecido José Luis Martín Berrocal, padre de Vicky Martín Berrocal, quien siempre le brindó un enorme apoyo.
"A mí se me permite que sea como yo quería que fuera, con las personas que quería", recuerda Manuel Díaz
Yo he vivido con el "no" toda mi vida. Pero he hecho siempre lo que me ha dictado mi corazón", añadía. Cuando "surge la oportunidad" de tener un cara a cara con su padre, se ven "por primera vez" con "contacto directo". Recuerda que sintió una sensación de satisfacción enorme: "Me dije 'esto no lo voy a perder. Necesito verlo a medio metro de mí porque es algo vital en mi vida. El contacto fue al principio telefónico, hasta que llega el día en que decidimos vernos. Y a mí se me permite que sea como yo quería que fuera, con las personas que quería: una reunión íntima con las personas que quería.. Con su compañera Mari Ángeles, que es un ángel en la tierra, y que ha hecho posible esto y se lo agradeceré siempre, mi mujer Virginia y yo".
Aún le cuesta creer que su esperado encuentro con su padre tuviera lugar. "Estaba súper nervioso. Creo que ese día me hubiera desmayado". Ese día, su madre, le dijo: "Hijo, ha llegado el momento". Le resulta imposible no emocionarse al recordar ese primer abrazo: "Y entonces llega el día y en ese momento es la primera vez en mi vida que yo escucho la palabra de un llevaba toda la vida queriendo escuchar. Él me está esperando en mitad del camino, yo me tiro del coche y me dice: 'Hijo, todo llega, ya estamos aquí'. Esas palabras se me clavaron dentro. En ese momento se me nubló el mundo. Me vi con él. Yo tocándole y él tocándome. Esa sensación no la he sentido en mi vida con nadie. No me lo podía creer. Es un ser humano muy especial. Es un ser humano que te traspasa. Yo necesitaba decirle lo que le dije. Me senté y le dije: 'Perdona si he hecho algo que no debiera, pero las circunstancias me han obligado. Y él me dijo: 'Perdóname tú a mí'. Y ya está. Es lo que necesitaba". Para Manuel Díaz, ese día ha marcado un antes y un después en su vida: "En ese momento hemos nacido los dos".
"Parecía que nos habíamos visto antes de ayer. Se paró el tiempo entre nosotros"
"Somos dos piezas que nos han llevado a dos partes del mundo, pero hemos encajado. No había palabras, no había reproches. No había nada porque era nuestro momento... Las palabras pueden mentir, pero la piel no miente. Lo que yo sentí en mi cuerpo y en mi piel no mentía", ha recordado. "Yo buscaba meterme debajo de él, que me acurrucara. Es algo que no puedes parar... Esa noche caí malo. Estuvimos juntos un montón de horas. Fliparíais con las conversaciones porque lo conocía tanto sin haber estado con él que se quedaba sorprendido. Lo conocía tanto sin haber estado con él que él se quedaba sorprendido. Él me dice: 'Yo también sé muchas cosas de ti y empieza a contarme cosas mías. Estuvimos hablando de toros de mil cosas. Parecía que nos habíamos visto antes de ayer. Se paró el tiempo entre nosotros. Era una burbuja. Lo disfruté mucho pero luego me puse malo".