Alrededor de 400 invitados fueron los que fueron a la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Presumiblemente, ha sido uno de ellos el que ha puesto en venta uno de los regalos que los novios dieron antes del convite, boda celebrada el pasado 8 de julio justo cuando las altas temperaturas azotaban. El calor llevó a pensar en el que creían que era el detalle perfecto: un abanico o pai pai que llevara una pegatina con sus iniciales, guiño que incluyeron en todos los obsequios entregados a los asistentes. Aunque se desconoce quién ha sido la persona que ha decidido hacer negocio de ello, lo cierto es que el recuerdo está disponible en Wallapop. "Abanico boda Tamara Falcó", dice el comienzo del anuncio.
"Abanico repartido a los invitados de la boda de Tamara Falcó. Se pueden ver las iniciales de la pareja en el mango. Pieza original de coleccionista. Precio a negociar", escribe este usuario desconocido. Si bien es una incógnita de parte de cuál de los novios es este invitado, lo que nadie duda es de que los novios querrán al menos investigarlo, aunque sea por simple curiosidad. Por un total de 50 euros estaría dispuesto o dispuesta a deshacerse de ello, un precio que exige debido a la importancia que ha tenido el gran día de los marqueses de Griñón en la crónica social. Fueron muchos los que quisieron enterarse de los entresijos de la boda, siendo ahora cuando se pone en venta un vestigio de este enlace al que acudieron numerosos famosos.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva continúan de luna de miel, viaje en el se enterarán de la jugada de algún invitado a su ceremonia y posterior convite. No es la primera vez ni mucho menos que unos novios se enfrentan a algo tan incómodo con es el hecho de que haya alguien que se atreva a vender recuerdos de su 'sí, quiero'. Nos referimos por ejemplo a la boda de Isabel Pantoja con Paquirri, enlace que estuvo en boca de todos durante años hasta convertirse en todo un emblema y día histórico.
Hay quien le quiere seguir sacando rendimiento a haber asistido a una cita así. Buena prueba de ello que un accesorio que está a la venta por tres euros, se venda por 50. Aunque ya se han disparado las quinielas en redes sociales, hay quien también valora la posibilidad de que sea un trabajador de un proveedor el que lo ha puesto en venta en una plataforma donde se venden productos de segunda mano.