Álvaro, Morgana y Gonzalo, los tres hijos de Mario Vargas Llosa, creen que "han recuperado a su padre" tras su ruptura con Isabel Preysler.
La ruptura de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa ha dejado a muchos con la boca abierta. A otros, en cambio, no les ha pillado por sorpresa. Es el caso de Álvaro, Morgana y Gonzalo, los hijos del escritor peruano, quienes sabían que este desenlace era -haciendo mención a Gabriel García Márquez, examigo del Nobel de Literatura-, la crónica de una muerte anunciada. Lo cierto es que los tres vástagos del genio de las letras intuían que esto podía pasar. Y no solo eso: están encantados con la noticia. Según señalan fuentes cercanas a la familia Vargas Llosa a SEMANA, estos “consideran que han recuperado a su padre”. Creen que "por fin" podrán disfrutar de él sin tener que verle las caras a la filipina, a la que "no soportan". Tanta era la animadversión que sentían hacia la madre de Tamara Falcó que llevaban tiempo deseando que esto sucediera. “La querían lejos de su padre”.
Tal y como anunció SEMANA, el pasado mes de junio tuvieron una crisis que provocó que el Nobel de Literatura se trasladase al piso que tiene en el centro de Madrid. Desde entonces las cosas no han ido bien entre ellos y han tenido muchos altibajos. Ahora han decidido romper "definitivamente", tal y como ha destacado la socialité. Esta decisión ha sido recibida por los hijos de Mario Vargas Llosa como "un alivio" y "una felicidad".
El rechazo de los hijos de Vargas Llosa a Isabel Preysler
Las fuentes consultadas por SEMANA nos recuerdan que la relación con Isabel la comenzó antes de separarse de su exmujer, Patricia Llosa Urquidi, quien ya se ha pronunciado sobre el final del noviazgo de la pareja. De hecho, Gonzalo, el hijo mediano del escritor, declaró abiertamente que esa relación fue “fruto de una infidelidad” y que Isabel fue el motivo del fin del matrimonio de sus padres, ruptura que se produjo cinco días después de celebrar sus bodas de oro y en plena recuperación de Isabel por la muerte de Miguel Boyer. De ahí que, tal y como cuentan personas de la familia del hispanoperuano, “los hijos nunca hayan tragado a Preysler. La relación con ella ha sido la justa y obligada”.
Morgana, por su parte, tampoco ha llevado bien la relación de su padre con Isabel Preysler. "Es su única hija, la niña de sus ojos. Una niña de su papá... Siempre estuvo muy unida a su padre, quien se ha desvivido para ayudarla en todo. Siendo esta muy joven, con apenas veintipocos años, le compró un piso en un barrio exclusivo de Madrid, le daba una considerable paga mensual y siempre intentó abrirle puertas, a través de sus contactos, para que su trabajo como fotógrafa cobrase notoriedad. Llegó hasta proponer acuerdos con las editoriales para que contasen con sus instantáneas". A pesar de la fuerte unión que entre los dos, se abrió un cisma cuando se enamoró de Isabel Preysler. "Ella tiene mucho mundo y es una mujer súper educada, pero también tiene mucho carácter. Jamás vio con buenos ojos que su padre lo dejara todo por la Preysler", nos dicen. "Aquello marcó un distanciamiento entre ellos".
Los hijos de Mario Vargas Llosa “están felices con la noticia, aunque no se alegren por su padre”
Cuando Mario Vargas Llosa empezó a salir con Isabel Preysler, los tres hijos de este "se volcaron con su madre" quien nunca imaginó un final así para su matrimonio de casi medio siglo. Desde "el minuto cero le dieron la espalda" a su nueva pareja, con la que habían coincidido antes de que saltara el idilio. A ninguno de ellos les sentó bien saber que su padre dejara todo por Isabel, con la que "nunca simpatizaron".
“Esa relación puso distancia entre padre e hijos. Siempre han dicho que Isabel alejó a su padre de ellos”, nos dicen personas muy allegadas a los hijos de Vargas Llosa. Por eso “están felices con la noticia, aunque no se alegren por su padre”. Saben que para su padre son momentos duros, pero “creen que tras esta ruptura van a recuperarle y volver a disfrutar de él sin cortapisas”. Las personas del círculo intimo de la familia señalan incluso que “en los últimos meses han podido pasar algo más de tiempo con él porque la relación ya estaba herida de muerte”.