La cumbre de la OTAN ha dejado grandes anécdotas en la agenda paralela que se ha organizado para las primeras damas. En otras, la fiesta que se ha organizado en la Embajada de Estados Unidos, donde Jill Biden ha ejercido de anfitriona para invitados de la talla de Eugenia Martínez de Irujo o Alejandro Sanz, fiesta en la que, por cierto, lo pasó de maravilla. Y, aunque en este tipo de eventos la esposa del Presidente se maneja como pez en el agua, en actos públicos no tanto, o al menos eso opina una experta en imagen y comunicación que acaba de analizarla. Anitta Ruiz considera que ha cometido dos grandes errores, pero ¿cuáles son?
La experta en Imagen y Relaciones Públicas habla de dos hechos: uno de ellos haber lucido gafas de sol en sus encuentros con Letizia y otros haberse llevado a sus nietas incluso a las cenas con mandatarios. "Las dos veces que Jill Biden y Doña Letizia han coincidido en exteriores, la Primera Dama de EEUU no se ha quitado las gafas para saludar. MAL", comienza diciendo. Aunque hacía bastante sol, lo cierto es que al verse cara a cara con la Reina hubiera debido retirarse las gafas y no tardar unos minutos en retirárselas del rostro como "señal de educación". "Cuando hacemos contacto visual tan cercano debemos hacerlo a ojos descubiertos. Me parece una gran falta de respeto", opina después de analizar esta imagen que se ha repetido hasta en dos ocasiones esta semana.Aunque esto no es lo único que llama la atención, también que Jill Biden haya tenido a sus nietas a su lado en casi todos los actos que ha marcado la agenda de esta semana. En la Asociación Española Contra el Cáncer, en el Real Sitio de San Ildefonso (Segovia) o en el Museo del Prado Jill y sus nietas se han convertido en inseparables, siendo incluso sus looks analizados. No todo el mundo ha entendido su presencia en algunas citas, ejemplo de ello Anitta Ruiz, que considera que este detalle se ha permitido dada su importancia en la cumbre. "Las nietas de Jill Biden también acuden a la cena del Museo del Prado. Ustedes me perdonen, pero me parece la cosa menos apropiada del mundo. Claramente se permite porque Biden es quien es", comenta Annita.
Hay otros detalles que no han pasado desapercibidos en el universo 2.0. Jill Biden llegó con retraso al centro de refugiados e hizo esperar a la Reina Letizia, aunque ella se excusó con los férreos controles de seguridad y cortes que existen en Madrid desde comienzos de esta semana. Se está cuidando al máximo para que los mandatarios lleguen a tiempo a sus reuniones y, sobre todo, lo hagan con la plena seguridad de que no hay peligro a la vista.Sus outfits sí han sido un acierto, no tanto el que lució una de sus nietas. Cabe recordar que iba en chándal, un look que no ha dejado indiferente a nadie dado que esta semana se han convertido en las absolutas protagonistas.