La historia entre Rocío Carrasco y Antonio David Flores lleva más de dos décadas haciendo correr ríos de tinta. Si en sus inicios fue por amor, ahora es todo lo contrario y mientras ella sigue cargando los tribunales nacionales de trabajo para desacreditar al que fue su marido y padre de sus hijos él sigue haciendo de su vida personal un pilar para su faceta laboral, que ha vuelto a coger impulso.
Rocío Flores termina el 2019 envuelta en misterio y polémica
Después de que la justicia eliminase la sombra del maltrato de la figura del ex Guardia Civil él no ha tardado en regresar a la pequeña pantalla y su fichaje por ‘GH VIP’ puso en jaque la débil estabilidad de la hija de Rocío Jurado, que ha tenido que ver como su exmarido daba la versión más personal de la batalla que llevan años librando. Pero Antonio David no ha aterrizado solo en Mediaset si no que lo ha hecho junto a su hija mayor, Rocío Flores Carrasco. La joven es una pieza clave del enfrentamiento entre sus padres y, lejos de cumplir con lo esperado, ha sorprendido a la audiencia con su postura.
Rocío Flores se ha mantenido fiel a su madre, a pesar de todo
Rocío es la mejor defensora que su padre ha podido tener en plató. A pesar de su nula experiencia en la televisión la sobrina de Gloria Camila ha demostrado tener las cosas clarísimas y, aunque hace casi siete años que no tiene relación alguna con su madre, se ha negado a hablar mal de ella a pesar de los embistes de compañeros de plató y presentadores.
Contra todo pronóstico la mayor de los hijos de la expareja no solo ha protegido la imagen de su madre si no que no ha negado su interés en tener una nueva oportunidad para disfrutarse entre ellas, tal y como harían cualquier otra madre e hija.