Leo Messi ha sufrido un acto vandálico en su mansión de Ibiza que compró por 11 millones de euros. La vivienda, situada en una exclusiva y privada zona de la isla pitiusa, tiene más de 16.000 m2 de parcela ajardinada con un oasis artificial, una piscina de 23 metros de largo y una casa de 560 m2 construidos sobre un terreno rústico sin cédula de habitabilidad, motivo por el cual su compra ha sido muy polémica desde el principio, y ahora, objetivo del ataque de dos activistas, miembros de la organización Futuro Vegetal.
Mientras el futbolista sigue recuperándose de la lesión que sufrió durante la Copa de América, dos activistas de Futuro Vegetal se han colado en su casa de Ibiza y han grafitado sus paredes exteriores mostrándose en contra de la construcción y compra-venta de estas mansiones en suelo no habitable. "Tintamos la mansión ilegal de Messi en Ibiza", han asegurado en las redes sociales de esta organización en la que han compartido imágenes de su activismo en la casa de Messi.
"Se trata de una construcción ilegal que el futbolista adquirió por la exorbitante cifra de 11 millones de euros. Mientras esto sucede, solo en Baleares han muerto entre 2 y 4 personas como consecuencia directa de la ola de calor. El 1% más rico de la población es responsable de la misma cantidad de emisiones de carbono que los dos tercios más pobres", han añadido en su post de Instagram.
Esta vivienda cuenta con 560 m2 construidos sobre los que se levantan dos plantas, con una gran azotea y un garaje. En el momento de su compra, estaban construyendo una zona de aparcamientos justo a su lado, que también fue adquirida para agrandar la casa construyendo dos zonas habitables más dentro de un espectacular oasis artificial. La parcela de 16.000 m2 está llena de zonas ajardinadas y cuenta con dos piscinas, una rectangular de 23 metros de longitud integrada dentro de la casa principal, y otra circular con una superficie de 92 m2 que recrea la forma de un estanque natural.
Su localización es uno de los principales atractivos de la vivienda que está situada en una zona muy exclusiva y privada de Ibiza, conocida como Cala Tarida. Se trata de una isla con acantilados y grandes páramos de árboles que la vuelven muy privada y discreta a ojos de los paparazzis. La vivienda está rodeada de grandes árboles y un imponente muro de contención que delimita su terreno desde la entrada principal y el embarcadero, ya que el barco es uno de los medios más rápidos y discretos para llegar a la casa. Esta zona es muy turística por su paisaje y sus impresionantes vistas panorámicas al mar de aguas en calma y cristalinas.
La arquitectura de la casa es de estilo moderno en su totalidad, al igual que la piscina de 23 m2 con la que cuenta en su jardín exterior más próximo a la vivienda. A su alrededor, se extiende una gran superficie de césped natural con dos porterías de fútbol y varias zonas chill-out para disfrutar de planes al aire libre junto a sus pequeños: sus tres hijos Thiago, Mateo y Ciro, de once, ocho y seis años, fruto de su relación con Antonella Roccuzzo.
El origen de la polémica con esta vivienda
El problema urbanístico de la vivienda es que no cuenta con un certificado final de obra ni cédula de habitabilidad ya que su propietario anterior realizó obras en el garaje de la casa sin permisos legales. El Ayuntamiento de Sant Josep ha acreditado que esta obra se realizó incumpliendo la normativa legal y que además, se llevó a cabo la construcción de varias dependencias habitables con jardines en una zona destinada al aparcamiento de vehículos. En este espacio, construyeron un oasis artificial con piscina, jardines y dos mini casas de 40 metros cuadrados cada una que ahora el argentino deberá demoler si quiere mantener los papeles de su hogar en regla.
Futuro Vegetal ha querido tomar cartas en el asunto por su propia mano y se han colado en la casa de Leo Messi para manifestarse en contra de la construcción de las viviendas de este tipo. En sus pancartas, han mostrado mensajes como "Help the planet, eat the rich, abolish the police", y en sus redes sociales se han mostrado tajantes en cuanto al tema, teniendo claro quién es el culpable: "Esto solo es posible por el sostenimiento por parte de los poderes públicos de un sistema económico-social que atenta contra la vida. Mientras que la extrema derecha culpa de la crisis a las migrantes y demuestra una extrema violencia contra ellas, quienes luchamos por un mundo mejor tenemos claro que el problema es la desigualdad social. Atajemos los problemas de raíz", han asegurado los activistas que han pintado de rojo y negro por completo la fachada de la mansión de Leo Messi.