En nuestro último encuentro ocurrido hace poco más de un año, Lara Álvarez (38) nos dijo que cuando conociera a alguien nos lo diría y ha cumplido su promesa. ¿El afortunado? Pedro Durán, un piloto de 46 años que ha conquistado el corazón de la presentadora asturiana por segunda vez. Sí, segunda vez, porque este amor ya había tocado a su puerta muchos años, exactamente 13 años antes. Poco acostumbrados a que nos hable de su faceta más privada, Lara nos abre su corazón en esta nueva etapa de su vida. Le sigue dando cierto pudor, pero su sonrisa de felicidad la delata.

Además, Lara, que está a punto de estrenar programa en Televisión Española, nos adelanta cómo está viviendo esta nueva etapa profesional alejada de los realities que tantas alegrías profesionales le dieron durante su larga etapa en Mediaset.

Lara Álvarez apuesta por el vestido brillante con manga acampanada que sienta de maravilla en su última aparición

Lara Álvarez apuesta por el vestido brillante con manga acampanada que sienta de maravilla en su última aparición

(Gtres)

Hablando de amor, ¿cómo es esa sensación de reencontrarse con alguien de tu pasado?

Para mí ha sido una sensación bastante nueva, la verdad. Además, yo siempre os he dicho que en el momento que yo pudiera deciros que estoy bien, no tendría ningún problema en contarlo y lo he cumplido.

Es la primera vez que te vemos mostrar una relación con tanta naturalidad

Tengo que confesarte que no llego a sentirme cómoda del todo hablando de esto. Pero es verdad que, por otro lado, ya tengo 38 años. Hay que darle normalidad absoluta a la vida personal de cada uno. Tengo pareja, estoy feliz.

Pero no siempre fue así.

Este cambio se debe más al momento personal mío, que a las personas que han pasado por mi vida. No se puede comparar, no es justo. Pero creo que mi momento sí es diferente y eso ha influido. Lo comparto también porque os lo merecéis, porque siempre me habéis cuidado mucho.

Dicen que las segundas oportunidades nunca fueron buenas...

Ya, pero yo, de momento, estoy muy contenta. Es verdad que he leído en algún titular lo de “segunda oportunidad”, pero es que todo es relativo porque depende mucho de las circunstancias, del tiempo... No tiene que ver con que haya pasado nada o que el amor no exista, simplemente que las personas evolucionan en distintas velocidades y caminos.

¿Habrá anillo?

¡Por Dios! (risas) Yo no me cierro a nada, pero de momento lo que intento es disfrutar, que para mí también es nuevo, desde esta tranquilidad, que, como digo, influye mucho. Todavía estamos creando. Estamos empezando.

Lara Álvarez y Perico Durán

Lara Álvarez y Perico Durán

Redes sociales

Teníamos muchas ganas de que llegara este gran momento.

Durante mucho tiempo he leído, “¿qué le pasa a Lara Álvarez con los novios?” y dices, bueno, pues quizás, no eran las circunstancias, no era el momento, no dudo que fueran las personas... Ha habido gente maravillosa en mi vida, pero no siempre es fácil establecer un vínculo y una conexión real.

¿Tuvisteis algún plan para San Valentín?

No soy muy de fechas, pero te voy a decir una cursilada: soy de San Valentín todos los días. El amor es mucho más allá de la frivolidad del día a día.

¿Cómo has comenzado este año?

Muy realizada con el giro que ha dado mi vida profesional. Estoy muy contenta porque hace tres años empecé en la docencia, dando cursos de comunicación y ahora me estoy metiendo en un nuevo mundo, el de los directivos y ejecutivos, para dar tips y para que aprendan a manejar a los grandes equipos en el momento de enfrentarse a su público, en este caso a sus propios trabajadores, quitándose el miedo al juicio, al fallo, que todos tenemos todos. Es que la comunicación es maravillosa y me encanta esa sensación de poder abrir camino o ayudar a gente muy potente. Es reconfortante ver que mi experiencia puede ayudar a gente a tener una perspectiva diferente del mundo. Y ellos también me enseñan.

¿Te ves reflejados en ellos?

Me recuerdan a mi época de juventud, a la de estudiante.

¿Te imaginabas cuando estabas en la facultad que llegarías hasta aquí?

La verdad es que no. Cuando estudiaba Periodismo lo que yo quería hacer era radio.

¿Quiénes fueron tus maestros?

Yo tuve la suerte de tener dos maestros como profesores, Nieves Herrero en radio y Jesús Hermida en tele. Y fue Jesús el que me animó hacer televisión.

Lara Álvarez

¿Qué nos puedes contar de tu nueva etapa en TVE?

Estamos a la espera de que se emita La conexión, un nuevo concurso. Todavía no hay fecha de estreno, pero el programa ya está grabado.

¿Te han hecho contrato de cadena?

No.

¿Y hay más proyectos sobre la mesa?

Estoy totalmente abierta, a escuchar proyectos que me ilusionen y que yo crea que me puedo involucrar en ellos al cien por cien.

¿Qué más proyectos te gustaría que te propusieran? Pues hacer entretenimiento.

En la tele también creo que estamos en un momento de cambio muy interesante, así que también estoy abierta a traspasar un poco los límites que conocemos.

Tu salida de Mediaset supuso un huracán.

Normal. El cambio de trabajo supuso en su momento muchas noches sin dormir. Fue una cadena en la que he tenido muchas alegrías, un despegue profesional enorme y un aprendizaje personal que ni te cuento. Pero, gracias a Dios, la salida ha sido tan limpia, tan de comprensión mutua... Al final éramos dos empresas, con objetivos diferentes... Pero no dejan de ser negocios y esto es muy largo. El verdadero éxito de esa decisión fue que, tanto por parte de la cadena como por mi parte se entendió de la misma forma. Nos hemos dado lo mejor el tiempo que ha durado. Después de esa decisión se me ha abierto un nuevo camino profesional que no me esperaba. Ahora tengo mi propio negocio, me dedico a la docencia, tengo proyectos de presentación de eventos...

¿Y qué aprendiste sobre esa decisión? Llevabas una década en la cadena y al frente de grandes formatos.

Yo he descubierto con esta decisión que el verdadero éxito para mí reside en la libertad de elegir.

El mes que viene regresa Supervivientes. ¿No lo vas a extrañar?

Me da nostalgia porque recuerdo muchos momentos de los que viví allí. Pero necesitaba también esta evolución. Llevar las riendas de un programa, dar mi sello personal y tener un contacto directo con los concursantes sin los límites que te marca un reality.