Íñigo Onieva, ahora marido de Tamara Falcó, sorprendió ayer a todos los presentes en su boda con un impresionante espectáculo de luces y drones. En una noche que ya de por sí destilaba emoción, Onieva consiguió dar un toque único a la celebración, creando un recuerdo que sin duda perdurará en la memoria de todos los asistentes.
Según el responsable de la empresa contratada para este momento, las reuniones con Íñigo, para planificar el espectáculo, se llevaron a cabo en secreto y en distintas cafeterías de Madrid, añadiendo una capa adicional de intriga y emoción al evento. El resultado fue un espectáculo bellamente coreografiado que iluminó la noche y capturó de manera gráfica el amor que une a Tamara e Íñigo.El reciente enlace de Tamara Falcó e Íñigo Onieva ha sido el tema estrella de muchas conversaciones y platós de televisión. La pareja, después de superar juntos altibajos e incontables polémicas, decidió dar el 'sí, quiero' en una ceremonia íntima y conmovedora en la finca El Rincón. Este lugar tiene un significado especial para la marquesa, que celebró su unión con Onieva ante alrededor de 400 invitados y un equipo de 250 personas entre camareros y personal especializado.
Inhibidor para prevenir la captura de imágenes
No obstante, los detalles exactos del enlace aún son escasos hasta que mañana no se publique entero el reportaje de la boda, cumpliéndose así los términos de la exclusiva que han pactado. En un esfuerzo por mantener la privacidad, la pareja incluso adquirió un inhibidor para prevenir la captura de imágenes del interior del recinto y se requisaron los teléfonos móviles de los invitados antes de entrar.La celebración de la boda continuó hasta altas horas de la madrugada y terminó con la aparición de la pareja en el Hotel Ritz. A pesar de la jornada agotadora, los recién casados no tuvieron mucho tiempo para descansar, ya que tienen previsto asistir al 'brunch' con sus familiares en el mismo hotel este mediodía.La boda culmina varios meses de intensidad para la pareja, que comenzó con el anuncio de compromiso en septiembre y continuó con un rompimiento y posterior reconciliación durante las Navidades. Finalmente, después de un cambio de fecha, la boda se celebró ayer a las 19:00 horas, consolidando a Tamara e Íñigo como marido y mujer y demostrando que, a pesar de las dificultades, el amor siempre prevalece.