Íñigo Onieva continúa en su escondite, al menos de manera pública. Tal y como SEMANA desvela en su último número, el ingeniero ha estado de fiesta con unos amigos tras su ruptura con Tamara Falcó. En todo este tiempo no ha aparecido públicamente y no ha querido hablar ante los medios. En su lugar, es su familia quien da la cara a las puertas del domicilio. Su madre, Carolina Molas, y sus hermanos, Jaime y Alejandra Onieva, lo defienden ante las cámaras sin querer entrar en muchos detalles de esta polémica ruptura. Sin embargo, ni rastro de él. Su progenitora, Carolina, no puede más y ha tomado una drástica decisión.La empresaria ha vivido con mucha angustia la separación de Íñigo Onieva con Tamara Falcó. Prueba de ello es que ahora ha tomado una drástica decisión con la que desconectar de todo lo que se dice en el universo 2.0. Carolina Molas ha decidido "echar el candado" a su perfil de Instagram, en el que acumula más de 4.000 followers. La madre de Íñigo privatiza su cuenta para protegerse así de los trolls y de aquellos seguidores de Tamara Falcó que le piden explicaciones a ella sobre la actitud de su hijo. La empresaria ha querido decir basta y su primer paso ha sido este llamativo gesto.
En su perfil de Instagram había numerosas fotografías familiares junto a sus tres hijos, Íñigo, Jaime y Alejandra. Unas instantáneas que ahora están protegidas para que tan solo sus seres más cercanos puedan ser testigos de esos momentos únicos. A lo largo de estas semanas, Carolina Molas ha recibido más de un comentario hiriente sin haber hecho ella nada y sin nisiquiera haber hecho uso de su perfil de Instagram. A pesar de que ha intentado mantener un perfil bajo, ha acaparado más titulares de los que le hubiera gustado.