Kiko Matamoros y Marta López Álamo viven una perenne luna de miel desde que se dieron el 'si, quiero'. No paran de compartir viajes de ensueño, además. Ambos acaban de regresar de su gira por Miami y México donde el ex colaborador de 'Sálvame' grababa la docuserie de Netflix junto a otros rostros míticos del programa. Su mujer no dudaba en acompañarle y apoyarle en esta aventura. De nuevo en Europa, el matrimonio se ha marchado a la bellísima aldea de Positano, localizada en un acantilado de la costa Amalfitana italiana. Ahí se han dado a la 'buena vida', como es costumbre en ellos.
Kiko Matamoros, un enamorado empedernido
La pareja está aprovechando al máximo del verano, que tratan de combinar con los compromisos laborales que ambos tienen en solitario. Hace apenas unos días que regresaron de su viaje por el continente americano y les ha faltado tiempo para poner una lavadora, volver a hacer las maletas y marcharse a 'recorrer mundo'.El destino elegido por el padre de Anita y su mujer no podía ser más paradisiaco y romántico. Positano se ha convertido en el nuevo lugar favorito de la pareja y así lo han hecho constar en sus redes sociales. Acostumbrados a compartir su día a día en sus respectivos Instagram, esta vez no ha sido diferente. Comilonas frente al mar, veladas bajo las venas, paseos en barco... Nada es demasiado para el colaborador y la 'influencer', que se celebran siempre que pueden.
Un verano de ensueño
Kiko y Marta han aprovechado su estancia en la costa Amalfitana para darse un homenaje que solo pueden permitirse unos pocos afortunados y amantes de la buna comida y el arte culinario. La pareja acudió al restaurante Li Galli Bar, localizado dentro del hotel Villafranca y galardonado con una estrella Michelin. Al frente de la cocina, el chef Savio Perna, uno de los mejores de Italia.Cabe recalcar que no son tres estrellas como ha indicado el ex de Makoke en sus historias, lo que no le quita ni un ápice de exclusividad al establecimiento. Ahí han podido disfrutar de un menú degustación de alta cocina valorado en 250 euros por persona.