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La mezcla de verduras, legumbres y frutas no solo nos aporta las vitaminas y los antioxidantes que nuestro cuerpo necesita, sino que además nos ayuda a establecer una dieta sana y adecuada e ir perdiendo kilos semana a semana.

Las ensaladas son, en esta época, el plato estrella. Aportan la dosis adecuada de fibra, pocas calorías, una buena hidratación, la energía adecuada y la seguridad de que te estás alimentando de forma saludable. Con imaginación y un poco de tiempo puedes elaborar ensaladas completas y sanas para disfrutar comiendo… y perdiendo kilos.

Las ENSALADAS que debes COMER
No valen todas. Un bol de hojas verdes puede ser una ensalada muy ligera, pero le faltan nutrientes para realmente ser una opción saludable y completa. Las hojas verdes tienen gran cantidad de agua, muchísimas vitaminas y minerales, calcio y fibra. Pero son bajas en proteínas, por lo que necesitarás enriquecerlas para que puedas aguantar una semana solo a ensaladas. El huevo, el atún al natural, el salmón, el aguacate, los frutos secos o la soja, son ingredientes que, bien medidos, te pueden ayudar a hacer de una simple ensalada una propuesta perfecta y muy apetecible.

LAS ENSALADAS MÁS SANAS:

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3 ERRORES QUE hay que EVITAR (para no engordar)
Los ingredientes de las ensaladas son ligeros, pero si cometes errores de bulto al prepararlas, en lugar de adelgazar puedes engordar.

  • Poner mucha proteína o... poca. Las proteínas deben ser una parte esencial de las ensaladas porque ayudan a conseguir antes la sensación de saciedad, aceleran el metabolismo y aportan nutrientes necesarios para mantener saludable y en forma la masa muscular. Pero un exceso de proteína no ayudará a perder peso y se acabará acumulando en forma de grasa.
  • Muchos colores verdes. Cada planta contiene un único tipo de antioxidante, así que cuanta más variedad tomes, más aprovecharás todos sus beneficios. Mezcla hojas de colores y texturas diferentes, además de vegetales como el tomate, la lombarda, pimientos, lechugas de roble...
  • Saltarse los carbohidratos. Un poco de quinoa, arroz, lentejas o garbanzos, media patata asada o unos simples croutons de pan seco bastan para aportar un poco de energía extra. De esta manera la ensalada será más energética y no tendrás necesidad de tener que picar entre horas.

Hojas verdes, fuente de salud
Las verduras de hoja verde deben su color a la presencia de clorofila. Aportan pocas calorías (unas 20 cada 100 g.) y tienen un gran contenido en vitaminas (especialmente A, C, el complejo B, E y K), minerales (calcio, hierro, magnesio, potasio) y fibra. También tienen filoquinona, la fuente principal de vitamina K, muy buena para cuidar la piel.

Al tener ácido fólico se convierten en alimentos ideales para las mujeres embarazadas o lactantes, para los que tienen bajas sus defensas por una enfermedad, por el estrés o por la ingesta de ciertos medicamentos.

Además incluyen una alta dosis de vitamina C, perfecto protector celular y un escudo contra gripes y resfriados.

Los antioxidantes de los vegetales de color verde son los encargados de prevenir la aparición del cáncer. Son perfectos para reducir los daños oxidativos producidos por la contaminación ambiental y el estrés diario.

Son ricos en betacarotenos, por lo que resultan fundamentales para la protección de la piel y para el buen funcionamiento de los órganos internos y del organismo en general.