Albert Rivera vive un momento muy complicado. Si hace unas semanas le veíamos disfrutar del verano como merece, sus planes -y vida- daban un giro de 360 grados el pasado domingo tras el repentino fallecimiento de su padre, Agustín, a los 71 años. El expolítico tenía que coger un vuelo 'in extremix' desde Londres, donde pasaba unos días, al enterarse de este fatal desenlace. Visiblemente afectado en el tanatorio, Albert ha querido despedirse de su progenitor de forma pública con una conmovedora carta en la que le confiesa todo su amor y admiración allí donde esté. "Te prometo que desde hoy voy a llenar ese vacío con tu esencia y tu legad0", son algunas de las emotivas palabras que le dedica.
Albert Rivera, a su padre: "He tenido la sensación de que la vida de la que hablabas era profundamente injusta y cruel"
Albert se ha abierto en canal con la citada carta que ha compartido en su Instagram. Junto a esta, un retrato de su padre sonriendo, que es la forma en la que su hijo ha querido recordarle. "Rabia, incredulidad e impotencia fue lo único que pude sentir en esos primeros instantes. Y la sensación de que la vida de la que hablabas en realidad era profundamente injusta y cruel. Hoy, dos días después, después de despedirnos físicamente. De, incluso, derrumbarme en tu ataúd antes de incinerarte, con la sensación de que al irte me estaban arrancando parte del corazón sin anestesia, empiezo a ver las cosas de otra manera", comienza la misiva. Unas palabras muy sentidas, llenas de tristeza y emoción, que dejan entrever el duro golpe que ha supuesto la partida de Agustín para su hijo.La carta continúa con un Albert más esperanzador de como comenzaba: " Empieza a cobrar sentido tu legado de valores, instantes y aprendizajes de estas décadas. Echaré de menos esa manera incondicional de quererme, con pocos 'te quieros', pero con ese derroche de amor en tus acciones cada día de mi vida. Nos conocíamos tanto, éramos tan parecidos en algunas cosas, que sin hablar durante días éramos capaces de comunicarnos. Nos intuíamos como nadie. Éramos un gran tándem", escribe.
"Soy afortunado porque, de todas tus facetas de la vida, he disfrutado en exclusiva de tu mejor versión, la de padre"
Pero ahí no termina la confesión más íntima del abogado madrileño, ahora lleno de gratitud y reconocimiento. "Soy afortunado. De todas tus facetas de la vida he disfrutado en exclusiva de tu mejor versión, la de padre. Me enseñaste a crecer en la libertad y en la responsabilidad (que son dos caras de la misma moneda). Siempre tratabas de que acertara, pero también me dejabas equivocarme para que aprendiera a levantarme".Y añadía: "Eres irremplazable para mi, papá. Así que tengo que llevarte conmigo, me acompañarás en mis decisiones, y estarás presente en los valores que le inculque a mis hijas. Te has ido de nuestro lado, me faltas, me muero de dolor al pensarlo. Pero te prometo que desde hoy voy a llenar ese vacío con tu esencia y tu legado". Albert no se olvida de su madre, a la que también menciona con promesa incluida: "Y cuidaré de mamá, tu compañera de viaje desde hace más de cincuenta años".Ya rozando el final de la misiva, Albert se remite a una célebre frase del que fue y sigue siendo uno de los mejores escritores de la literatura universal. "Vamos a vivir tu muerte como nos pediste: celebrando la vida. Como decía Gabriel García Márquez: 'No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió. Es cierto que se terminó, pero sucedió, 'sucediste'". Finalmente, el exdirigente de Ciudadanos se despide de su padre con cuatro palabras. Cuatro únicas palabras que, sin duda, son un mazazo para todo aquel que haya pasado por una situación similar: "Buen viaje, papá, te amo".
Una noticia que pillaba a su hijo en Londres
Albert Rivera pasaba unos días de vacaciones en Londres cuando se encontró de frente con la triste noticia de la partida de su padre, quien fallecía en Málaga por un problema derivado del corazón. Allí le esperaba María Jesús, su madre, a quien no ha dejado sola en estos duros momentos.La familia ha vivido en La Caleta de Vélez-Málaga durante los últimos años. Fue ahí, mas concretamente en el tanatorio de Torre Del Mar, donde se llevaron a cabo los servicios funerarios para despedir a Agustín. Malú se trasladó al lugar para acompañar a su expareja y al resto de familiares. Agustín era una persona muy apegada a su tierra y muy querido por todos los que le conocían.