Dos meses después del gran susto de su vida a raíz de sufrir un ictus, Kiko Rivera ha vuelto al trabajo. El hijo de Isabel Pantoja ha regresado a un club para pinchar música. Su reaparición tiene como escenario el municipio sevillano de Lebrija. "Es mi vuelta a las cabinas, a los escenarios tras el ictus. Un día super super importante", recordaba emocionado a sus seguidos en las redes.
Totalmente recuperado y disfrutando al máximo de una noche que supone un punto de partida, así se ha dejado ver en el vídeo que él ha publicado en Instagram. Añadía que se trata de la primera de un año que se presagia como "muy bonito". "No paramos y no queremos parar ¡Viva la Música!". Su mujer, Irene Rosales, también ha celebrado verle de nuevo al pie del cañón. "Disfruta de nuevo de esta nueva gira que tanto esfuerzo y ganas le pones", le decía en redes. Kiko Rivera regresa con fuerza y lo hace renovado en todos los sentidos. También ha tendido puentes con su madre para una próxima reconciliación. "Si algo necesito yo ahora mismo es que mi madre me dé un abrazo", afirmaba durante su reaparición televisiva en 'El show de Bertín'.
Un nuevo Kiko Rivera
El ictus que sufrió Kiko Rivera el pasado mes de noviembre ha supuesto un punto de inflexión en su vida que ha dado un giro de 180 grados. No solo ha cambiado algunos hábitos, entre ellos, una alimentación saludable y una rutina deportiva, también quiere recuperar la relación con su familia. "Estoy deseando que llegue el día en el que vea a mi madre. Voy a poner de mi parte y voy a centrar todas mis energías en eso", se sinceraba junto a Bertín Osborne.
Asimismo aclaraba que su progenitora no pudo visitarle en el hospital por recomendación médica. Y es que mantuvo una videollamada con ella y se sobresaltó tanto que los facultativos le dijeron que era mejor que no la viera. "Todavía no nos hemos visto. Quiero sentarme con ella y pedirle disculpas. Yo he aprendido que, a veces, es mejor quedarse callado y solucionar las cosas desde dentro". El DJ tiene claro que quiere dejar atrás viejas rencillas y recuperar el tiempo perdido. "A veces los humanos cometemos el error de ser un poco orgullosos. Tanto mi madre como yo lo somos. El abrazo de una madre no se puede comparar con nada".