El 27 de diciembre, Kiko Matamoros cumple 64 años. Este cumpleaños no será uno más para el colaborador de 'Sálvame', quien este año soplará las velas de la tarta más consciente de nunca de todo lo bueno que hay en su vida. Y es que 2020 ha sido su 'annus horribilis'. Le ha tocado enfrentarse a problemas de salud que lo han llevado a permanecer mucho tiempo ingresado en un hospital aquejado de diversas dolencias que le hicieron temer por su vida.
Sus problemas de salud comenzaron 2019. Entonces le encontraron un tumor en la vejiga del que fue operado y cuya intervención terminó siendo un éxito. Aunque en un principio se temió lo peor, por suerte no se trataba de un cáncer, tal y como sospechaba. Anteriormente había desvelado otra enfermedad: un glaucoma por el que había perdido mucha visión. Pero todo esto se quedó pequeño al lado de los contratiempos que llegarían hace apenas unos meses...
Video: Europa Press
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Este año sus dolencias han vuelto a repetirse. Corría el mes de julio cuando durante la emisión de ‘La última cena’, en Telecinco, terminó en urgencias después de comer un plato que habría preparado su compañero Kiko Hernández. “El steak tartar que hiciste, tío, era una bomba. Me lo comí por darle en la boca a todos los que decían que estaba malo y acabé en urgencias el domingo por la noche", bromeaba tras su inesperada visita al quirófano. Pero lo cierto es que la cosa no fue baladí: "Me operaron el lunes porque se me obstruyó el conducto biliar por un cálculo que salió de la vesícula”.
Poco después de aquel incidente, el 27 de julio, el madrileño volvía a pasar por un centro hospitalario para ser operado de la vesísucla biliar. Este órgano, uno de los no vitales del organismo -junto con el bazo, los riñones, el estómago, el colon, el apéndice y los órganos reproductores- le daba tantos problemas que sus médicos decidieron quitárselo definitivamente. Así fue como Matamoros se sometió a una colecistectomía, una operación muy común en la que se extrae la vesícula por laparoscopia. Después de tres días ingresado regresaba a casa, satisfecho por haberse quitado un peso de encima. Y con ganas de reincorporarse al trabajo.
El nuevo y complicado revés en la salud de Kiko Matamoros tras sufrir una pancreatitis
Pero, una vez más, la vida volvía a darle otro susto. Justo tras ser dado de alta empezó a encontrarse mal. El 30 de julio fue ingresado de urgencia nuevamente por una pancreatitis. Su trayecto de camino al hospital se convirtió en todo un 'via crucis'. "Se ha tenido que saltar los semáforos del dolor que tenía en el abdomen. Que se iba agarrando el pecho y el abdomen y Marta le ha pedido al taxista que se saltara los semáforos", relataba Kiko Hernández. Al llegar a la Clínica del Rosario de Madrid le diagnosticaban una pancreatitis.
En este nuevo capítulo de su cada vez más complicado historial médico fue cuando las cosas empezaron a torcerse. La pancreatitis es una inflamación en el páncreas, una glándula alargada que produce enzimas que ayudan a la digestión y hormonas que ayudan a regular la forma en que el cuerpo procesa el azúcar (glucosa). "La recuperación parece que va a ser rápida, porque de verdad que está normal y corriente. Está hecho un toro», comentaba su novia, Marta López, convencida de que se trataba de un contratiempo efímero. Nada más lejos de la realidad. El estado de salud de Kiko Matamoros fue empeorando con los días y finalmente tuvo que ser trasladado a otro hospital. "Se me infectó la prótesis y me dijeron que me tenían que quitar una y la otra no... Todo empezó porque, de alguna manera, mi cuerpo rechazó los puntos. Ahora me han puesto otros diferentes", detallaba el colaborador.
Estaba convencido de que en cuestión de días saldría del hospital, pero a mediados de agosto, Kiko Matamoros aún permanecía ingresado. En sus dos semanas de estancia en el hospital se encontraba tan mal que llegó a temer por su vida. Preocupado, no ocultaba su inquietud ante las cámaras de 'Sálvame', que hizo un seguimiento exhaustivo y casi diario de su evolución.
Perdió 14 kilos en su último ingreso hospitalario
Su deterioro físico era evidente. Estaba débil, muy cansado y había perdido 14 kilos. «Estoy jodido. Tengo la molestia del catéter y mucha debilidad. Tengo que tomar siete medicamentos diarios y comer poco por el tema de la vesícula", confesaba cuando por fin fue dado de alta.
Fue una etapa complicada, sin duda. Matamoros, un hombre amante del deporte y acostumbrado a mantener una vida activa, nunca había vivido un parón similar. En ese tiempo, Marta López, fue su mayor apoyo. No se separó de él en ningún momento y gracias a su cariño fue capaz de aguantar este trance y mantenerse fuerte de mente. “Psicológicamente no tengo ningún problema, pero físicamente sí tengo que mejorar”, explicaba.
Sin duda alguna, 2020 no ha sido un año sencillo para Kiko Matamoros. La lista de males que le han acechado es larga. Verse postrado en una cama tanto tiempo lo ha hecho reflexionar sobre lo que verdaderamente es importante para él. Sus conclusiones son claras: Marta López es la mujer de su vida, y sueña con un futuro a su lado. No descarta ser padre cuando ella considere que sea el momento oportuno.
Su acercamiento con su hija Anita, su asignatura pendiente
Cabe destacar, además, que su paso por el hospital ha logrado acercarlo a sus hijos. Su hija mayor, Lucía, le ha dado la bendición a su romance con Marta. ‘Papá, no hagas más el idiota, respeta a esta mujer que te quiere, cuídala, creo que te viene muy bien, disfruta, quiérela y sed felices los dos", le dijo durante su estancia en el hospital. Con Laura, por su parte, mantiene una relación muy cercana. De un tiempo a esta parte ha recuperado su relación con Diego Matamoros, con quien estuvo distanciado durante cuatro años.
Aún le falta un acercamiento con Anita, quien sigue sin dirigirle la palabra. En casi todos los aspectos de su vida ha saldado gran parte de sus temas pendientes, así que esta es una de sus pocas asignaturas pendientes para el próximo 2021. Así lo ha admitido recientemente. No pierde la esperanza de volver a estrechar lazos con la pequeña de sus vástagos: "Creo que la voy a recuperar, creo que sí. No es que eche de menos a nadie, echo de menos una situación de normalidad y confort para todos".