Los que trabajamos con él conocemos la calidad humana de Kike Calleja (42), pero lo cierto es que, todo lo relativo a su parte más íntima es un misterio. Hasta ahora. SEMANA ha entrado en la casa del popular periodista y hemos sacado la luz al niño que lleva dentro. Durante la sesión de fotos nos presenta a su mujer, saca unas aceitunas y nos hace sentir uno más del lugar. “Así me gusta hacer sentir a la gente que viene aquí”, nos dice con una sonrisa.

¡Muchas gracias por tu hospitalidad!

A los amigos siempre hay que dejarles pasar a casa y siempre son bien recibidos.

¿Llevas mucho tiempo viviendo aquí?

Llevo cuatro años viviendo aquí, en la zona norte de Madrid, que me encanta. Para mí es mi zona preferida y estoy muy feliz. Esta casa está montada con muebles de cuando yo era soltero y vivía en un apartamento. Luego llegó Raquel y le ha dado otro toque mucho mejor y ha ido incorporando nuevos muebles. El día de mañana nos gustaría darle un giro y cambiar la decoración de la casa, porque somos muy de cambiar.

Lo que te cambió fue la vida cuando conociste a tu mujer, Raquel Abad.

Siempre lo digo, Raquel es lo mejor que me ha pasado en la vida. Yo soy lo que soy gracias a Raquel.

Kike Calleja en su casa

Kike Calleja en su casa. 

Alberto Bernárdez

¿Te esperabas encontrar al amor de tu vida?

Bueno, no sabía qua la iba a encontrar de la forma que la encontré. Cuando ella estaba concursando en Gran Hermano, yo trabaja en el reality detrás de las cámaras, es decir, yo la veía ella concursando dentro y decía que qué chica más guapa. Pero, no nos conocimos. Luego, al cabo de muchísimos años, vino a saludarme en una discoteca en la que yo estaba y desde entonces ya no nos volvimos a separar.

¿En qué momento te diste cuenta de que era la mujer de tu vida?

Cuando decidió venirse a vivir a Madrid (vivía en Sevilla). No estábamos saliendo todavía, no éramos novios formales, pero ahí fue cuando dije: “Ostras”.

¿Cómo fue la pedida de mano?

Fue complicado por la pandemia. Yo le iba a haber pedido matrimonio en Venecia porque yo le regalé un viaje a París por su cumpleaños y ella me regaló uno a Venecia por el mío. Yo ya tenía el anillo comprado, lo tenía todo preparado, pero llega la pandemia, hay que cancelar el viaje y se lo acabé pidiendo el día de los enamorados, aquí en casa.

¿Eres muy romántico?

Sí y me gusta cuidar mucho los detalles, sobre todo, con Raquel.

Siento mucha curiosidad por conocer al Kike detrás de las cámaras.

Yo soy un tío extremadamente sensible, me emociono, lloro mucho, sufro mucho...La gente creé que soy un tío súper cañero y, a veces, lo soy por mi trabajo, pero luego, en mi día a día, las cosas me afectan. Es difícil dejar las cosas dentro de los platós, sobre todo cuando te tocan el corazón o te duele.

¿Siempre tuviste claro que querías dedicarte a esta profesión?

Sí, cuando vivía con mis padres yo me encerraba a estudiar en mi habitación y me ponía ‘Madrid directo’. Yo veía a los reporteros y pensaba: “cómo me gusta”. Ahí fue donde me salió un gusanillo de ser periodista. Yo le agradezco muchísimo a mis padres que me dieran la oportunidad de poder hacer la carrera, porque les costó un esfuerzo grande y gracias a ellos soy periodista también. Mi madre quería que hubiera sido presentador de informativos.

¡Anda!

Sí. Mi madre falleció hace ahora 11 años.

Kike Calleja en su salón

Kike Calleja en su salón.

Alberto Bernárdez

¿Y le dio tiempo a disfrutar de su hijo en tele?

Sí y lo pasaba mal cuando tenía algún enfrentamiento con alguien. Cada vez que salía de un plató, la primera llamada que hacía era a mi madre. Ahora la primera persona a la que llamo siempre es a Raquel. Tuvo que ser muy duro. Fue muy duro para mí. Me acuerdo mucho de ella, sobre todo cuando veo los informativos y recuerdo que mi madre quería que trabajase ahí. No me hubiera disgustado, es más, me hubiera gustado, pero la vida me llevó por otro lado.

¿Cómo fueron tus inicios?

Mientras estudiaba la carrera trabajaba como locutor de Emergencias en la Comunidad de Madrid, coordinando las emergencias, controlando las ambulancias, los helicópteros, las UVI móviles, los coches de médico... Luego, en lo que a periodismo se refiere, Carmen Hornillos me hizo una prueba cuando trabajaba en una tele local de Madrid y me cogió. Entonces estuve trabajando con ella en dos programas a la vez. Estaba de redactor y guionista, pero como le gustó como me expresaba, me puso a presentar con ella los domingos el programa que hacía. Y así fue como empecé yo la tele y ya de ahí di mi salto a Antena 3.

¿Un programa fetiche?

No me puedo quedar con un solo programa. Por ejemplo, cuando me di cuenta de que estaba jugando en primera división, fue cuando comencé a trabajar en ¿Dónde estás corazón?. Eran todas primeras espadas y me sentía muy pequeñito. Aprendí a hacer directos, a colaborar en plató, hacer entrevistas, a hacer investigación… Luego, una época que yo no voy a olvidar nunca, y a la que estoy muy agradecido, fue mi época de Sálvame. Aprendí a hacer entretenimiento, a entrevistar también a muchísima gente, a conseguir muchos contactos y, sobre todo, a trabajar en la calle. Yo he estado 10 años viajando por toda España, que eso es muy duro.

Ahora te podemos disfrutar en Vamos a ver ¿Cómo te sientes allí?

Estoy supercontento y Joaquín Prat es una persona extraordinaria. Lo que más me gusta de él es que no tiene pelos en la lengua. Dice lo que siente y cómo lo siente. Me gustó mucho las palabras que tuvo hacia mi padre cuando coincidimos en el funeral en el tanatorio de María Teresa Campos, le presenté a mi padre y le habló muy bien de mí.

Se te ilumina la cara cuando hablas de ellos.

Yo es que a mis padres los debo todo. A mi madre la echo mucho de menos y me cuesta hablar todavía mucho de ella (se emociona). Hay muchas cosas que me pasan buenas que me gustaría que las viviera. Por ejemplo, me hubiera gustado mucho que hubiera conocido a Raquel y entonces no puede ser. Y a mi padre le tengo que cuidar y le tengo que proteger porque es lo que me queda. Tengo también una hermana, pero mi hermana al final tiene su vida ya, tiene su familia y estamos todos muy unidos.

Además de con Joaquín, también te vemos el fin de semana con Emma García.

Esta es la tercera vez que me reencuentro con Emma en mi vida profesional y siempre ha sido un amor. Para mí es un honor trabajar con ella. Me emocionó mucho el mensaje que me mandó el día que me casé. Me dijo cosas tan bonitas que no me las esperaba y la verdad que me emocionó.

En un futuro, ¿dónde te visualizas tú o dónde te gustaría estar?

Ahora estoy de colaborador y disfruto mucho de mi trabajo, pero también tengo sueños que me gustaría cumplir. Me gustaría verme de copresentador o presentando un programa en radio o en tele. ¿Te puedes creer que nunca me han dado la oportunidad de trabajar en radio? Me encantaría. Es una de mis asignaturas pendientes y me haría ilusión. Yo siempre trabajaré donde se me quiera y se me valore.

¿Y qué cosas estás sin disfrutar?

Para mí disfrutar es cogerme el coche con Raquel, irme a Denia, que es el único sitio donde verdaderamente me relajo, desconecto y estoy como en una burbuja. Ahí sé que no me va a pasar nada porque soy feliz. Y también pasar tiempo con mi familia y amigos