La muerte de Bernardo Pantoja ha dejado a todo el clan Pantoja desolado. A pesar de su delicado estado de salud, todos esperaban que saliese adelante. Sin embargo, este viernes, 25 de noviembre, fallecía después de un tiempo ingresado en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. A raíz de esta trágica noticia, todas las miradas están puestas sobre Junco, la mujer del padre de Anabel Pantoja, quien ha vivido sus horas más tensas pues no fue bienvenida en las últimas horas de su marido. Ahora, el futuro de la bailaora de origen japonés está en el aire a raíz del enfrentamiento que tiene con la familia de Bernardo Pantoja por el piso en el que vivían. 

Junco, en la calle tras la muerte de Bernardo Pantoja: la echan de su casa
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Las últimas horas están siendo un verdadero quebradero de cabeza para Junco, quien no solo llora la muerte de su marido, también lucha por no quedarse en la calle. En concreto, la japonesa y la familia de Bernardo Pantoja están enfrentados por el piso en el que ambos vivían. Se trata de un inmueble a nombre de Isabel Pantoja que ahora la tonadillera quiere poner a la venta a pesar de que ella vive en el interior. Una situación que no es nada favorable para ella y que la dejaría en la calle.

A lo largo de los últimos tiempos, gracias a Anabel Pantoja y sus intervenciones en televisión, sabemos que el piso en cuestión fue reformado y adaptado para cubrir todas las necesidades de Bernardo Pantoja. Ahora, esta vivienda familiar sería una de las soluciones de la tonadillera para poder aliviar sus problemas de liquidez y por ello habría decidido ponerla a la venta a pesar de que Junco sigue viviendo en ella.

Junco
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En estos últimos días, lo cierto es que Junco ha vivido una auténtica pesadilla. A pesar de que sabía que el final de su marido estaba cerca, a la bailaora de origen japonés le han arrebatado el poder pasar más tiempo con él. En concreto, una vez llegó la familia de Bernardo Pantoja al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla estos no dejaron que ella entrara a ver a su marido. Tal y como se ha revelado, no se le llegó a comunicar la gravedad de la situación y la dejaron de lado en las últimas horas de su marido. A lo largo de los últimos años, la japonesa se entregó en vida a los cuidados que necesitaba de su marido y se convirtió en su mayor apoyo mientras que sufría en silencio la enfermedad de su marido, una diabetes que en los últimos años se había complicado.

Junco mantenía la economía familiar

Para poder seguir adelante y cubrir todas las necesidades del día a día que precisaba su marido, a pesar de que Anabel Pantoja ayudaba económicamente en lo que podía, Junco se había reinventado y diseñaba trajes de flamenca y complementos que luego se exportaban a Japón. Mientras Bernardo Pantoja tenía una pequeña pensión, la que fuera bailaora lograba que gracias a su trabajo no les faltara de nada. Hay que recordar que fue en el año 2018 cuando ella y el hermano de Isabel Pantoja sellaron su amor en una ceremonia íntima en Sevilla.