Después de un largo y complicado año haciendo frente a todo tipo de complicaciones, Bernardo Pantoja ha perdido la vida en Sevilla, rodeado de su familia.
Después de una larga temporada afrontando diversos reveses de salud, Bernardo Pantoja, padre de Anabel Pantoja, no ha podido superar las últimas complicaciones de su dolencia. Este viernes por la mañana ha fallecido en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde había pasado prácticamente el año entero, aquejado de las complicaciones derivadas de la diabetes que padecía. Tenía 69 años.
En sus últimos momentos, el sevillano ha estado arropado por sus seres queridos: su hija y sus hermanos Agustín, Juan e Isabel Pantoja han estado a su lado en la recta final de su vida. Una vida, por cierto, llena de capítulos oscuros. Casi tan opacos como el hecho de que su mujer, Junco, fuera aislada por la tonadillera de su habitación en su lecho de muerte.
Las señales de alarma en torno a la salud de Bernardo Pantoja saltaron el pasado miércoles, a altas horas de la noche. El padre de Anabel sufría un severo empeoramiento y esto hizo que todos sus familiares se movilizaran de manera urgente para acompañarlo en lo que preveían era su recta final. Sus pronósticos no eran descabellados. Porque, en efecto, este se encontraba ya en horas muy delicadas. Esta situación no impidió que Isabel Pantoja vetara a Junco y le prohibiera entrar en su habitación, evitando así cualquier tipo de contacto con su clan.
Lo cierto es que Junco, una japonesa discreta y siempre esquiva con los medios de comunicación, ha sido durante las últimas dos décadas la pareja, confidente y el principal apoyo de Bernardo. Se conocieron en El Rocío y pronto surgió la chispa entre ellos. Se casaron en secreto en 2018. Al enlace no asistió nadie de la familia de él, incluida su hija Anabel. Todos se enteraron de la ceremonia cuando la prensa destapó la noticia. Esto destapó una brecha familiar que, horas antes de su muerte, ha vuelto a ser evidente.
Junco, junto con otros amigos y familiares de Bernardo Pantoja -entre ellos su prima Sylvia Pantoja, su tía Magdalena, su amigo Pinocho o Rocío Cortés, hija de Chiquetete, ha sido apartada de la habitación del andaluz en la recta final de su vida. Una decisión impuesta, al parecer, por Isabel Pantoja, quien habría determinado que las horas finales de su hermano transcurrieran de la manera más tranquila posible, sin las constantes visitas de sus allegados. Así, solo su círculo más íntimo ha estado a su lado cuando su corazón se ha apagado para siempre.