Cualquier definición sobre él resulta excesiva: la primera estrella pop mundial, una de las leyendas vivas de la música, el último latin lover... Su vida está llena de grandes calificativos, que se refuerzan con el paso del tiempo. Julio Iglesias cumple 80 años este 23 de septiembre desaparecido de la esfera pública por decisión propia, pero no del imaginario popular, que tararea sus canciones: 'Hey'; 'Me olvidé de vivir', 'Me va, me va...', y le recuerda rodeado de mujeres, lujo y glamur.
Su trayectoria musical transcurrió de forma paralela a una vida sentimental plagada de conquistas, una imagen de vividor y mujeriego que al propio Julio le resultaba divertida. "He amado mucho y he sido y sigo siendo un flirteador natural. Pero, cómo no hacerlo si la vida siempre coquetea conmigo", decía.
"Unas 1.000..."·
Cantando al amor y a las mujeres se convirtió en un admirado truhan, aunque quizá no tanto para su larga lista de conquistas en la década de los 70 y los 80. Le adjudicaron hasta 3.000 mujeres, luego él habló de unas 1.000... Sea como sea, su historia sentimental, al igual que sus hitos musicales (300 millones de discos, 5.000 conciertos...), adquirió tintes casi heroicos.
Empezó arrebatando a sus fans cantando a Gwendoline, título de la canción con la que se presentó a Eurovisión en 1970. Luego confesó que se la dedicó a su "primer amor en libertad”. Gwendoline era muy hermosa, de una familia noble de exiliados rusos. Quizás la sobrina de un príncipe, de tipo eslavo: con pómulos marcados, ojos grises, rubia...". La conoció en un pub londinense antes de triunfar.
Aspirante a secretaria
Poco después, ya en Madrid, conoció en una fiesta a "una chiquilla", de 19 años, que no le hizo ningún caso, pero él se quedó atrapado "por su carácter, belleza e inteligencia”. María Isabel Preysler Arrastasia acababa de abandonar Manila (Filipinas) para estudiar Secretariado Internacional en Madrid. No entraba en sus planes casarse tan pronto, y menos con un señor de 27 años. Pero Julio la sedujo y la boda se celebró en Illescas, Toledo, el 20 de enero de 1971.
Siempre se ha especulado que ella, de una familia tradicional y cristiana, llegó al altar embarazada. Durante la ceremonia no paró de llorar. La leyenda de mujer misteriosa que siempre ha rodeado a Isabel comenzó entonces.
Tras disfrutar de la luna de miel en Gran Canaria, la pareja se instaló en el Paseo de la Habana de Madrid, y Julio enseguida tuvo que marcharse para cumplir con sus compromisos artísticos. Su primera hija, Chabeli, nació el 3 de septiembre de 1971, en Portugal, con la intención de ocultar la gestación exacta del bebé y con el padre ausente. Dijeron que fue sietemesino.
Isabel intentó acompañar a Julio en sus giras para no estar sola, pero la conciliación con dos hijos más fue imposible. Enseguida empezaron los rumores de infidelidad y la fama de mujeriego de Julio se extendió. La pareja se separó siete años después.
"Ella nunca se interesó por mi carrera artística de una forma activa, pero sí pasiva. Me llenaba de emociones y me ayudó muchísimo, pero siempre trató de separar los caminos del artista y la familia, y esa fue una de las causas del fracaso", reconoció Julio después. Isabel, a su vez, dejó para los anales de la crónica social una frase lapidaria: “Tú me pediste muchas veces que me casara contigo y yo te voy a pedir una única vez que me quiero separar de ti”. Él se instaló en Miami y le cedió la custodia completa de sus hijos a su exmujer.
Vidas paralelas
Julio Iglesias seguiría cantándole al amor perdido, mientras engrosaba su lista de aventuras y llevaba vidas paralelas. Alternaba la convivencia con sus novias en su famosa y concurrida mansión de India Creek (Florida).
Entre las más recordadas está Virginia Sipl, a quien él llamaba ‘La Flaca’, con la que estuvo cinco años tras del divorcio de Isabel. Giannina Facio, pareja de Philippe Junot cuando este rompió con Carolina de Mónaco, fue otra de las más duraderas, hasta que apareció Miguel Bosé. Y en la cronología de parejas fugaces encontramos a la actriz Sydne Rome; Jehan Sadat, la hija del presidente egipcio Anwar El Sadat, o a Priscilla Presley, la viuda de Elvis. Entre medias, sonó el nombre de Ursula Andress, con la que estuvo en los setenta, o de Ana Obregón, a quien acogió en Los Ángeles.
Otro de los amores importantes en la vida de Julio Iglesias fue Vaitiare Hirshon, una joven tahitiana de 18 años que en los años 80 le trajo de repente una estabilidad que duro seis años. Él tenía 40.
Presunta paternidad
Ya en los noventa, se enfrentó a una demanda de paternidad interpuesta por la portuguesa María Edite Santos, que afirmaba que su hijo, Javier, entonces de 13 años, era suyo. Aunque se negó a hacerse las pruebas biológicas, se sentenció que era el padre legal. Pero prosperó el recurso del cantante y se anuló la paternidad.
En aquellos años, Julio ya conocía a Miranda Rijnsburger, holandesa de 25 años, de quien no se ha separado desde entonces. Se casaron en la finca que poseen en Ojén (Málaga) en 2010, y han tenido cinco hijos: Alejandro, Rodrigo, las gemelas Victoria y Cristina, y Guillermo. Esta vez sí ha actuado por el amor de una mujer...