Javier Ungría está indignado. Aunque su guerra con su exmujer, Elena Tablada, comenzó hace meses, no esperaba la confesión que iba a hacer sobre su pasado una vez ya divorciados. Y es que, dos años después de su separación, la diseñadora asegura que su matrimonio se fue a pique, entre otros motivos, por la supuesta manía que Javier Ungría tenía hacia su hija mayor, Ella. "Intenté juntarles yendo a terapia, mil cosas... Pero al final, si no quieres no se puede. Y fue lo mejor que me pasó", dijo ella. Unas palabras que han puesto en el punto de mira al empresario.
Cansado de estos ataques, Javier optaba por desafiar a su expareja con una foto en la que posaba junto a un amigo. En ella, uno de ellos hacía un corte de manga a la cámara y el otro pedía que se escuchara la canción que iba a sonar a continuación. Sonaba 'Escándalo', interpretada por Raphael y David Bisbal, padre de Ella, la hija de David Bisbal y Elena Tablada. Horas después iba un paso más allá.
Esta vez se ha lanzado a escribir un comunicado en el que aseguraba sentirse acompañado. Por sus amigos y por su familia, quien, al completo, han decidido apoyarle. Saben cómo de duro le está resultando esto y, por ello, él ha escrito una carta de agradecimiento. Una misiva en la que, por cierto, incluye una nueva canción. No de David Bisbal, sino de Joaquín Sabina. En concreto, la de 'Sintiéndolo mucho'.
La canción que Javier Ungría ha incluido en su comunicado no ha sido al azar
La canción en cuestión, cantada junto a Leiva, hace balance de la vida y recuerda que "no tiene que olvidar nada de su pasado". Aunque Javier repara en una parte que, de nuevo, parece estar dedicada a la madre de su hija. "Por fin ayer llegó la hora tan temida", dice. Pero, ¿qué ha escrito Javier Ungría?, ¿está dedicando de nuevo un ataque a su expareja?
En SEMANA hemos querido primero analizar la letra de la canción con la que Javier Ungría se siente identificado. Para tratar de entenderle y así ponerse en la piel del empresario, quien desde la confesión de su ex ha recibido muchas críticas en redes sociales. Él no lo ve justo.
La letra con la que el empresario se siente identificado tras su ruptura con Elena Tablada
"Por fin llegó la hora tan temida de hacer balance de mi vida y terminar esta canción. En vez de echar sal y vinagre en las heridas, haré de tripas corazón. No me veréis en Benidorm con el Imserso, nadie me tiene que explicar que dos y dos no suman cuatro, que la poesía es el desván del metaverso donde las musan se desnudan como albatros. No tengo nada que olvidar de mi pasado. Por eso espero que el olvido no se olvide de quién fui". He dado más de lo que algunos me han robado", dice esta letra que Javier Ungría tiene tan presente.
El exmarido de la Elena Tablada está recibiendo mensajes y llamadas de su círculo más íntimo. Todos le animan a que siga adelante y pase página. No quieren que alimente polémicas, pero él no ha querido dejar pasar la oportunidad de dedicarles unas palabras públicamente. Ni más ni menos que lo que se merecen.
La carta íntegra de Javier Ungría en la que agradece a su familia estar ahí
"Ojalá pudiese volver a nacer porque, si así fuese, volvería a elegir cada uno de los miembros de mi familia. No solo por su brillo interior, sino por ser empáticos, generosos, cercanos, dispuestos y predispuestos, amables, leales, educados (que parece un delito), divertidos y extraordinarios hijos, padres, tíos y hermanos. Yo sé la suerte que tengo. Mi hija aún no, pero todo llega porque el tiempo vuela. Es de bien nacido ser agradecido", desliza Javier.
La familia de Javier Ungría
La familia de Javier Ungría siempre ha intentado huir de los escándalos. Se han caracterizado por ser discretos, pero ¿quiénes son los apoyos más férreos del empresario y propietario de un restaurante en Madrid? El padre de Javier es Javier Ungría y Goibagorri, quien maneja una sociedad llamada 'Ungría Patentes y Marcas', la cual reporta grandes beneficios a la familia.
Su madre, Miriam, también ha vivido la ruptura de Javier y Elena Tablada desde el silencio. No quiere entrar en batallas públicas y, por esa razón, jamás dará su opinión en medios de comunicación. Al menos esa es su intención.