No hay duda de que Isabel Preysler fue una de las personas más críticas con Íñigo Onieva por su infidelidad a Tamara Falcó. La madre de la marquesa de Griñón vivió en primera persona el sufrimiento que le había generado la deslealtad de su actual marido. Por ello, en multitud de ocasiones no tuvo reparo en aconsejarle que no volviera con él, pese a que eso supusiera un verdadero varapalo a nivel sentimental para ella. Pero lo cierto es que ni esos consejos maternales fueron suficientes para la ganadora de ‘MasterChef Celebrity’. Ella quiso probar suerte por segunda vez, y ahora disfruta de un matrimonio pleno junto a su compañero de vida.
Isabel Preysler se niega a seguir en redes sociales a Íñigo Onieva
Aunque a Isabel Preysler no le ha quedado más remedio que aceptar el matrimonio de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, algunos detalles dejan entrever que todavía no le ha perdonado del todo. Entre ellos, los que tienen que ver con el universo 2.0. Y es que, pese a que la madre de la marquesa de Griñón haya compartido algunas imágenes con el marido de su hija, todavía no se ha animado a seguirle en redes sociales.
Isabel Preysler cuenta con nada más y nada menos que 130 mil seguidores en Instagram. Entre ellos, Íñigo Onieva. Por su parte, la ‘reina de corazones’ tan solo sigue a 277 personas, entre las que no está su yerno. La protagonista en cuestión es muy cuidadosa con sus redes sociales, tanto en contenido, como a la hora de tener en cuenta qué publicaciones quiere ver. Quizá sea por ello por lo que no esté dispuesta, al menos de momento, a observar todos y cada uno de los post que hace el marido de su hija.
La ¿falsa? unión de la madre de Tamara Falcó y su marido en la inauguración de su nuevo restaurante en Madrid
Este detalle llama especialmente la atención, sobre todo teniendo en cuenta que, hace apenas unos días, Isabel compartía una imagen en la que aparecía junto a Íñigo Onieva. Con motivo de la inauguración de Casa Salesas, el nuevo restaurante del marido de Tamara Falcó, Preysler se desplazó hasta el centro de Madrid. La socialité no quiso dejar pasar la oportunidad de expresar sus mejores deseos al madrileño en esta nueva etapa de su vida. Para conseguirlo, subió un carrusel de instantáneas del gran día a sus redes sociales.
Pese a que tanto ella como su hija acaparan todo el protagonismo de las instantáneas, en una de ellas aparece también Íñigo. La estampa familiar podría dejar entrever que entre ellos no existe ningún tipo de rencilla, pero nada más lejos de la realidad. De momento, Preysler no parece tener intención alguna de seguir en redes sociales a Onieva, pues está a punto de cumplirse un año de su boda con Tamara y todavía no ha dado el paso de hacerlo.
Este paso atrás por parte de Isabel nada tiene que ver con la unión familiar que el clan Preysler intenta demostrar en todo momento. En alguna que otra ocasión, la madre de Tamara ha llevado a cabo ciertos gestos para aclarar que ha perdonado del todo a Íñigo, y que ya no recuerda su infidelidad a su hija. Pero lo cierto es que a Onieva todavía le queda mucho trabajo para hacer, ya que no parece haberse ganado aún la confianza de su suegra.
Isabel Preysler siempre desconfió de Íñigo Onieva: estas son las pruebas
Cabe destacar que la propia Tamara Falcó ya reveló en ‘El Hormiguero’ que su madre desconfiaba de Íñigo desde el primer momento: “Mi madre ha sido un apoyo fundamental. Yo creo que mi madre fue quien filtró el vídeo”, confesaba en pleno directo y con cierta ironía, dejando entrever que a Isabel Preysler no le hacía mucha gracia que su hija se fuera a casar con Onieva. Sin embargo, no le ha quedado más remedio que aceptar la decisión de la marquesa de Griñón de darse el “sí, quiero” con su actual marido el pasado 8 de julio.
Como no podía ser de otra manera, la ceremonia nupcial fue una de las más sonadas del panorama nacional en los últimos años. Multitud de rostros conocidos se citaron en El Rincón para ver a Tamara pasar por el altar, entre ellos su madre. Ahora, la marquesa puede presumir de estar disfrutando de una vida de ensueño y repleta de viajes con Íñigo, y con una meta clara: la maternidad a corto plazo.