Este lunes, Irene Rosales ha intervenido en directo en 'Sálvame' para salir en defensa de Kiko Rivera. El programa ha emitido unas imágenes grabadas con cámara oculta a su marido, así que ha decidido aclarar algunos puntos sobre sus problemas de adicciones. El principal de ellos, que ha sobrellevado la recuperación del DJ prácticamente sola, ya que su suegra, Isabel Pantoja, le ofreció ayuda puntual para su hijo cuando supo de su dependencia a las drogas. Pero desde entonces han pasado tres años y en este tiempo se ha sentido sola.
"Estoy sola en casa y no tengo mucho tiempo. Estoy con las niñas. Mi marido puede que me vaya a reñir incluso". Así comenzaban las palabras de la sevillana. He estado escuchando el tema de Kiko y las adicciones. Es un tema que me duele bastante. Entro con las ganas de decir de una vez que si él no quiere no se pone solución". La colaboradora de 'Viva la vida' ha explicado que cuando se dio cuenta de que su marido tenía problemas con las drogas supo que necesitaba ayuda de su familia para "poderlo ayudar". En ese sentido, ha recordado que "es verdad que mi suegra el único momento que nos ayudó fue la semana del Rocío. Después de eso nadie más ha ayudado. Ahí han ayudado mi marido, mi compadre, mi otro compadre y yo".
"Cuando Kiko dice que no había sentido la ayuda de la madre es verdad"
Irene se ha quejado de que el apoyo que le ha brindado su suegra en todo el proceso de recuperación de Kiko Rivera ha sido escaso. Porque más allá de la ayuda puntual de su suegra ha tenido que hacer frente a tres largos años de lucha por su mejoría. "Ahí podría haber ayudado la madre de Kiko y es algo que me duele. Y es algo que sigue existiendo. Es algo que a día de hoy seguimos sufriendo porque no acaba de la noche a la mañana. Quiero dejarlo bastante claro.
Irene ha explicado que los problemas que tiene en la actualidad y a los que hizo referencia el pasado fin de semana en el programa de 'Emma García' son consecuencia de la carga emocional que ha tenido en los últimos tiempos. "No estoy bien psicológicamente porque he tenido que tirar de cosas que me correspondían, pero a lo mejor también a otras personas también les correspondía ayudar a Kiko".
"Puedes huir de la realidad un mes. Al segundo mes no se puede huir de la realidad. Yo al año de estar con Kiko podría haberme quitado del medio. Pero tenía muy claro que iba a estar en las buenas, en las malas y en las peores", añadía. "Si yo me tuviese que separar de él el día de mañana yo iba a estar con él a ayudarlo con sus problemas". Asimismo, ha recordado que intuyó que Kiko necesitaba ayuda "antes de ser madre".
Así se refiere a su suegra: "No tengo nada que hablar con ella"
Sobre Isabel Pantoja, Irene Rosales ha sido tajante. "No tengo nada que hablar con ella. Hablé con ella para pedirle lo que tenía que pedirle". La última vez que hablaron por teléfono fue "cuando Kiko fue al Deluxe para hablar de la infidelidad. Hablé con ella un lunes y me preguntó si eso era porque Kiko había vuelto a caer. Le dije que no".
Al relatar el proceso de recuperación del DJ, Rosales se ha lamentado: "Pensé que iba a ir todo mejor. Pero se sigue hablando del tema y me duele. Llevo mucho a mis espaldas... Hay maneras y maneras de decir la verdad".
Irene ha hablado también de Anabel Pantoja, con la que tiene muy buena relación, pero cree que también ha estado ajena a los problemas de Kiko. "Anabel se siente con muchísima responsabilidad y la única que se enfurece es ella... Sé que ella en el fondo sabe que su tía ha podido hacer más. Ella misma me ha dicho 'no sé como aguantas'... Solo esto, con lo duro que es para mí, podría ser más flexible, porque a mí esto me duele".
Contundente, la andaluza ha puesto muy claros los puntos sobre las íes sobre la postura con la que su suegra ha asumido las adicciones de su hijo: "Nadie tiene culpa de lo que le ha pasado a Kiko, pero en el momento que se da el paso para que él se cure podría haber puesto más. Las cosas no acaban de la noche a la mañana o después de una semana en el Rocío".
"La primera alternativa que propuse es que Kiko fuese a un centro, aunque se fuese a 10.000 kilómetros de su casa, pero aquí por equis motivos se decidió que no. Porque todos íbamos a poner de nuestra parte. Su decisión (la de Isabel Pantoja) fue estar una semana en el Rocío y una solución no es una semana. Que yo no soy Teresa de Calcuta, pero llevamos tres años con el tema este y esto no se acaba de la noche a la mañana. Se equivocó porque esto no se arregla de la noche a la mañana. Ella se enteró y se volvió loca para buscar una solución, pero su solución fue de una semana. Estoy al lado de mi marido. Ella tendría que haberme preguntado más veces cómo está Kiko, si necesita ayuda, cómo le va con el psiquiatra, cómo le va con la medicación", concluía.