Son muchas las dudas que giran en torno a los deberes y obligaciones que tendrá que enfrentar el empresario a raíz de su matrimonio con la marquesa de Griñón.
Más allá de ser considerada como la boda del año por excelencia, el enlace entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva trae consigo otras muchas claves de gran importancia para el matrimonio. Una de ellas es la incógnita que gira en torno a si, a partir de ahora, podría considerarse al empresario como marqués de Griñón. Un título que ostenta la hija de Carlos Falcó desde que tuvo lugar el fallecimiento de su progenitor y que ahora también pertenece a su marido al estar dispuesto a compartir el resto de sus días junto a la ganadora de MasterChef Celebrity.
MasterChef Celebrity
A partir de las 19:00 horas del pasado sábado, 8 de julio, Íñigo ha pasado a ser marqués consorte de Griñón a raíz de la consagración de su casamiento con la hija de Isabel Preysler. Al ser esta última la actual dueña del título nobiliario en cuestión, éste se ha transmitido de manera automática a su cónyuge. Esto se debe a que el BOE establece que "el hombre y la mujer tienen igual derecho a suceder en las Grandezas de España y títulos nobiliarios, sin que pueda preferirse a las personas por razón de su sexo en el orden regular de llamamientos".
Un título nobiliario de padre a hija
Es por ello que, en su día, el que fuera marido de Esther Doña legó a su hija su marquesado, convirtiéndola después en la actual marquesa de Griñón. Y ahora que ella ha decidido casarse con el hermano de Alejandra Onieva, él también goza del mismo poder, aunque podría no hacerlo por siempre. Y es que, aunque Tamara sí que ostentará este nombramiento por el resto de sus días, su esposo podría dejar de hacerlo si entre ellos hay un divorcio. Algo que por ahora no parece estar en los planes de la hermana de Ana Boyer, que ha disfrutado por todo lo alto de una boda marcada por las polémicas desde el día en el que se dio a conocer el compromiso.
Los privilegios y obligaciones de Tamara Falcó que ahora recaen en Íñigo Onieva
Cabe destacar que ser marqués de Griñón no es, en absoluto, una tarea fácil. Las obligaciones y deberes a tener en cuenta van más allá del título nobiliario y el tratamiento protocolario que el resto de personas harán al referirse al matrimonio compuesto por Tamara Falcó e Íñigo Onieva.
Si ambos quieren ceder este nombramiento a sus futuros hijos tendrán que hacerse cargo de un impuesto valorado en 2.699 euros por el traspaso del título nobiliario de progenitores a vástagos. Esto fue precisamente lo que hizo el exmarido de Isabel Preysler mientras que, por su parte, la chef tuvo que solicitar el marquesado que le fue otorgado a finales del año 2020.
A esto se suma que el marquesado de Griñón tampoco puede ser un objeto comercial, ni mucho menos incluirse en transacciones. Tanto es así, que si la Ley observa algún movimiento extraño por parte de alguno de los miembros de la pareja, podría penalizarles por una utilización indebida. Una serie de premisas que posiblemente la colaboradora de El Hormiguero conozca ya a la perfección, habiéndose convertido en la digna sucesora de su padre en este ámbito.
El Hormiguero