Las hijas gemelas de Tita Cervera cumplen hoy dieciocho años con un paso al frente que las saca de su hermética vida a marchas forzadas

La baronesa Thyssen (81 años)celebra el cumpleaños de sus hijas menores, Carmen y Sabina, que entran a la mayoría de edad con una clara diferencia entre las perspectivas de ambas. Y es que, pese a ser idénticas -genéticamente hablando- estas dos jóvenes ya ha evidenciado no poder ser más diferentes en cuanto a personalidad. Así lo hemos visto en la incursión de Carmen Thyssen en la vida pública, que, siguiendo los pasos de su madre, ya la ha sustituido en una exposición en Sant Feliu de Guíxols.

La hija de Tita Cervera ha acudido en representación oficial de su madre, que se encontraba enferma con fiebre a dicha cita con el arte, demostrando su firme intención de seguir los pasos de la baronesa que ya ha demostrado cuando la ha acompañado a otros eventos en el pasado. Al contrario que su hermana Sabina, que no suele asistir a casi ningún compromiso público. Carmen Thyssen no solo ha sido recibida entre felicitaciones por su última vuelta al sol, también ha recibido un obsequio en forma de ramo de flores.

 

Las hijas gemelas de Tita Cervera cumplen hoy dieciocho años con un paso al frente que las saca de su hermética vida a marchas forzadas 

Las diferentes personalidades de ambas han hecho que sea determinante en la forma en la que ambas están decidiendo desarrollar su futuro como hijas de uno de los rostros más conocidos de nuestro país.

 

Si Carmen ha decidido aprender de su madre y absorber de ella  su interés por los negocios artísticos familiares, su hermana Sabina Thyssen parece haber pedido expresamente seguir en este anonimato, siendo un perfil mucho más artista y discreto. Algo que ya comentó su propia madre en ‘Espejo Público’, que explicó que pese haber recibido las mejores formaciones académicas, con el dominio final de cinco idiomas incluidos, sus intereses parecen ser cuanto menos distintos.

 

Graduadas en el Centro Internacional Andorra con unas notas de lo más brillantes hace apenas unas semanas, las jóvenes llegan a su mayoría de edad, coincidiendo con la primera toma de decisiones importantes que corre por cuenta propia: la elección de su futuro académico en la universidad.

Las gemelas fueron concebidas en 2006 por gestación subrogada cuando Carmen Thyssen ya tenía 63 años

Este 6 de julio, en pleno inicio del verano y pausando por el momento la gran responsabilidad de elegir una buena carrera, las gemelas van a poder disfrutar de su día con un evento de lo más significativo en el que conmemoran su llegada a la mayoría de edad. Según hemos podido saber a través del diario ‘El Debate’, Tita Cervera planea celebrar una fiesta para sus pequeñas en una masía cercana a su casa de Sant Feliu de Guíxols que no será una puesta de largo oficial en la alta sociedad, pero sí una forma privada de festejar con sus más allegados y amigos.

 

María del Carmen y Guadalupe Sabina von Thyssen-Bornemisza de Kászon et Impérfalva Cervera nacieron en 2006 a través de un largo proceso de gestación subrogada que ponía un feliz desenlace a las profundas ganas de la baronesa de ser madre de su marido, el barón Heinrich von Thyssen-Bornemisza, quien había fallecido cuatro años antes sin descendencia. En ese momento, el barón ya habría dado su apellido a su hijo Borja Thyssen, de 26 años, pese a no ser su padre biológico.

Carmen Thyssen ha heredado su nombre y su gusto por los focos mediáticos

Carmen Thyssen no solo delegó su nombre en su hija, también su ojo clínico para explotar los recursos en el mundo de los negocios del arte. Y es que, al parecer, Carmen pretende cogerle el testigo a su madre capitaneando en un futuro los negocios, tarea que compartirá con su hermano Borja Thyssen, con el que llevan años sin mantener un trato fluido debido a los problemas de este y su mujer Blanca Cuesta con su madre, en una relación de continuas idas y venidas.

Estudiando Administración y Dirección de Empresas y Relaciones Internacionales en España. Algo que la propia Carmen Cervera ha explicado como una elección personal influenciada de la siguiente manera: "Siendo consciente de sus responsabilidades con los negocios familiares y con el mundo del arte en el que se está implicando. Quiere ir a la universidad. Es una de las mejores estudiantes de su colegio. Ella solo estudia, estudia y estudia. A veces le digo que pare, pero ella me dice ‘mamá, tengo, no sé cuántos exámenes hoy’ y yo entonces le digo 'Carmen, sarna con gusto, no pica’" zanjaba entre risas para las cámaras de 'Espejo Público'.

El paso al frente familiar en el que Sabina Thyssen prefiere no participar 

Su infancia se ha desarrollado entre las Islas Baleares y Suiza, hasta acabar instalándose definitivamente en Andorra, donde la baronesa ya se habría procurado instalar su residencia fiscal en 1992 y todo lo que esto conlleva en cuanto a ventajas fiscales. Las jóvenes han sido educadas con esmero no solo en materias básicas, también de forma concienzuda en cultura, estudiando arte y música las mismas horas que le dedicaban a las materias obligatorias de su instituto.

Su madre siempre ha enfocado su crecimiento personal y académico en nutrirse de la formación que el arte les ha enseñado, algo de lo que se ha empapado Sabrina y que su madre también comentó de la siguiente manera: "Sabina se llama como mi abuela. Y ella es más artista, le encanta dibujar y hace cómics. Te coge el acento de cualquier idioma", explicaba la baronesa de su hija más discreta y su parte más bohemia y cosmopolita. 

Y es que si de algo se ha preocupado Carmen es de protegerlas del foco mediático desde su más tierna infancia, algo que le ha agradecido profundamente Sabrina, quien prefiere ser completamente anónima.