Fabiola Martínez este lunes compartía dos de las imágenes más especiales de su álbum de fotos. Una de ellas ya vacunada contra el coronavirus, lo que confirma es que está protegida frente a la enfermedad y otra en la que queda claro que deja atrás la casa que compartía con Bertín Osborne. Tal y como nos confirmó ella misma a SEMANA, la venezolana iba a aprovechar este verano para embalar todos sus recuerdos y comenzar el traslado. A comienzos del mes de julio la modelo está más cerca de su nuevo piso en la capital y más lejos del chalet que compartió con el cantante y sus pequeños. Ilusionada con el momento que está viviendo, Fabiola vivirá junto a ellos en una casa adaptada a su hijo, Kike, que, por cierto, tendrá unas dimensiones mucho más pequeñas que la anterior.
Quería hacerlo una vez que sus dos hijos estuvieran con su padre en el campo, en Sevilla, lo que prueba que ya está tranquila para empaquetar todas sus pertenencias. Se están cumpliendo los plazos que ella quería, eso sí, se desconoce cuando podrá estar completamente instalada en su nueva vivienda. «He encontrado un piso, reformado para personas con movilidad reducida. No es en el centro, pero tampoco es fuera del radio de Madrid como estoy ahora en la casa. El piso está más cerca de todo lo necesario y se puede hacer vida andando…», dijo Fabiola a esta revista. Con ello se cerrará un ciclo, aunque ella misma se ha adelantado a aclarar que su relación con Bertín es mucho mejor desde que no están juntos. Ya no discuten ni tienen motivos para hacerlo, lo que sin duda ha relajado enormemente su día a día.
Tras un día muy intenso de mudanza, Fabiola ha vaciado su enorme casa situada a las afueras de Madrid. Satisfecha con el trabajo realizado junto a la empresa de mudanza, la empresaria podrá empezar de cero en otro hogar y lo hará mucho mejor ubicada que antes. Además, contará con muchas facilidades que antes y será mucho más cómodo para ella, según explicó la propia Fabiola. Cabe recordar que hace tan solo unos días comentó que en su anterior residencia debía bajar a su hijo con una grúa del segundo piso, lo que dificultaba mucho la rutina de la familia. Por ello, el primer requisito era que facilitara la vida de Kike, una condición que su nueva vivienda cumple con creces.