Parece que en las próximas semanas podremos saber qué dictamina la corte tailandesa sobre el proceso judicial abierto a Daniel Sancho por el asesinato y posterior descuartizamiento del colombiano Edwin Arrieta. En todos estos meses la tormenta mediática lejos de amainar se ha mantenido viva en torno al mediático caso y uno de los protagonistas de los titulares alrededor del caso ha sido el padre de Daniel, el actor Rodolfo Sancho. Lo hemos podido ver viajando a Tailandia para ver a su hijo y asistir a las jornadas del juicio y también ha protagonizado distintos encontronazos con la prensa desplazada a cubrir el procedimiento judicial. La última imagen del actor veía la luz este jueves 25 de julio, fotografía tras la que SEMANA se ha puesto en contacto con un experto. 

A la espera de conocer el fallo del jurado y el futuro judicial de Daniel Sancho en Tailandia, donde podría ser condenado hasta a pena de muerte, nos detenemos a analizar el cambio físico de su padre, Rodolfo. Javier Torregrosa, director del Máster de Comunicación no verbal Científica y Comportamiento Humano ha analizado más de treinta fotografías de Rodolfo de los último cinco años con el fin de dictaminar cómo ha afectado físicamente al actor esta circunstancia y qué relaciones emocionales podemos establecer entre lo que nos dice su comunicación no verbal y la situación por la que está atravesando.

Las situaciones de estrés prolongadas en el tiempo afectan física y emocionalmente

Lo primero que debemos tener claro es cómo impacta en nuestro cuerpo estar sometidos a situaciones emocionales límite como que tu hijo esté encarcelado en un país extranjero o pensar en la posibilidad de que tu hijo haya podido quitarla la vida a otra persona. El cuerpo humano es una maquinaria prácticamente perfecta, pero no es ajena a los estímulos externos. Cuando pasamos por situaciones de estrés nuestro cuerpo genera sustancias como el cortisol que pueden afectar a nuestro bienestar, haciéndonos fluctuar de peso, dormir peor o estar intranquilos.

Centrándonos en el área de investigación de nuestro experto, Javier Torregrosa, hay elementos de nuestra cara que hablan sobre nuestro estado emocional y así nos lo hace saber. “A nivel general cuando se viven experiencias negativas durante años, el rostro puede cambiar, a veces cerrando las cosas nasales, que son indicativo de cierre emocional. Esto no ocurre en todos los casos, solo en algunos casos”. Javier va más allá y enumera otros elementos que dan información sobre una situación emocional límite “otras veces, el rostro se retrae, es decir, se hace más estrecho, como cualquier organismo, ejemplo una planta, que lo está pasando mal, por falta de nutrientes, agua, etc.”.

Comparativa realizada por SEMANA

Comparativa realizada por SEMANA 

Gtres

Estos indicadores son evidentes cuando uno observa fotografías de Rodolfo Sancho antes y después de los problemas legales de su hijo. La pérdida de peso es evidente, el pelo se muestra más canoso, la cara al perder peso parece más alargada, todo evidencia un bache emocional. “En general cuando hay situaciones que son percibidas como adversas en un organismo hay elementos en retracción, en el caso del ser humano, suelen verse en el rostro”. Como veis en la comparativa Sancho no es una excepción en esta norma.

Lo que el rostro de Sancho revela sobre su estado emocional

Lo primero que llama la atención a Javier Torregrosa son “ciertas arrugas”, las llamadas arrugas nasogeniales, que son las arrugas que se inician en ambos lados de la nariz a la altura de su base y recorren parte de la mejilla hasta la boca.

Detalle de las arrugas nasogeniales de Sancho

Detalle de las arrugas nasogeniales de Sancho

Gtres

Nos cuenta “esta zona es la conocida con zona nasogenial, es propicia para determinar hallazgos de expresiones continuas de desagrado, que tras repetirse constantemente a nivel expresión, terminan por construirse como surco o arruga que queda marcada en el rostro. Este tipo de arrugas son un indicativo claro de decepción y desagrado, se producen mecánicamente por la continua subida de la nariz y del labio superior, cuya expresión base primaria sería el asco”.

Estas “arrugas nasogeniales”, aunque ya estaban presentes en el rostro de Sancho, es evidente que tras la detención de su hijo Daniel Sancho. están mucho más marcadas en todas las fotografías encontradas. “Además, la longitud de las arrugas nasogeniales es mayor después de la desagradable situación que antes de ella. En las fotografías anteriores al evento, la arruga no llegaba a la comisura de la boca, pero actualmente las arrugas sí llegan a las comisuras, pudiéndose apreciar además de decepción y desagrado, tristeza”.

Según nos cuenta Javier, otro elemento a considerar se encuentra en la zona alta de su rostro, “las cejas también están muy conectadas con la parte emocional, de hecho, se encarga de la puntualización facial de las emociones”. A continuación, nos ofrece una comparativa de las cejas de Daniel antes de la circunstancia judicial de su hijo donde se pueden observar “más arqueadas y unas cejas en las que hay dos movimientos, uno de subida y otro de bajada, con un punto de inflexión medio”. Y, aunque parezca increíble, esto nos dice algo sobre Sancho “estas cejas son indicativas de apertura emocional. La forma de las cejas después de la detención de su hijo Daniel ha perdido su arqueamiento, pasando a ser cejas mucho más rectas”.

Comparativa de las cejas de Sancho antes y después de este último año

Gtres y HBO

Según nos explica Javier Torregrosa, "este cambio en las cejas es un indicativo de mayor atonía o menor tonicidad". La tonicidad es la fuerza y el vigor tanto físico como cerebral que poseemos, "cuando en nuestro rostro se aprecian elementos cerrados, caídos o laxos, se puede evidenciar una pérdida de fortaleza, en este caso, además, al ser en las cejas, que forman parte de nuestra estructura expresiva emocional, además también es un indicativo de tristeza".