Casi 16 años separan dos llamadas históricas. La misma protagonista, Isabel Pantoja; el mismo escenario, un plató de televisión, y un mismo sentimiento: la rabia. Cuando la tonadillera pronunció el 26 de septiembre de 2002 -aniversario de la muerte de Paquirri- aquel “estoy cansada de la familia Rivera, que lo sepa Andalucía y que lo sepa España entera”, probablemente se prometió a sí misma que nunca más protagonizaría un momento como aquel. Pero no ha podido ser.
Dos llamas en momentos de máximo estrés
Olvidado el mal trago que supuso aquel grito desgarrador suplicando a los Rivera y a la prensa que dejaran en paz a su “ma-ri-do”, la cantante no ha podido contener su ira por todos los comentarios vertidos tras la participación de su hija Chabelita en 'Gran Hermano Vip' y ahora una nueva llamada telefónica con esa voz quebrada vuelve a pasar a la historia.
Las nuevas perlas históricas de Isabel Pantoja
En esta ocasión con un tono de voz menos elevado, pero igualmente emocionada, Isabel exclamaba: “Estoy más tranquila si mi hija está ahí (en Gran Hermano) porque sé que está dentro de un sitio en el que no le van a hacer daño. Es muy triste no saber dónde está mi hija esta noche, a qué hora llegará, qué le pasará a mi hija. Ese es el sufrimiento que yo tengo”.
Isabel Pantoja se desquebraja al otro lado del teléfono
Pantoja al pronunciar la palabra sufrimiento se viene abajo. Se emociona, rompe a llorar y en ese momento las cámaras de 'Sálvame' enfocan a una Lydia Lozano con la boca completamente abierta, absolutamente sorprendida. Cambian de plano hacia Terelu Campos que, igual de asombrada que su compañera, asiente aunque sin dar crédito a la emoción que Isabel Pantoja está derrochando al otro lado del teléfono.
El silencio se impone en el plató
Ningún colaborador se atreve a romper el clímax que ha creado la llamada de la tonadillera. El silencio, se podría decir casi que por primera vez en ese plató, impera en 'Sálvame' y solo se escucha el sufrimiento de Isabel Pantoja. Sí, el sufrimiento, porque aun sin verla, los colaboradores sabían hasta qué punto estaba rota su interlocutora.
"Se le ha ido la olla"
Ese silencio también recordó de manera inequívoca al de aquel ‘Bravo por la tarde’ del 26 de septiembre de 2002. Agustín Bravo, sin poder contener la ira de Isabel Pantoja, no pudo hacer más que escucharla hasta que una valiente Pepa Jiménez rompió el discurso de la artista y espetó un “se le ha ido la olla”, que de haberlo escuchado Isabel habría convertido a aquella llamada en una discusión que habría empañado el recuerdo que España ahora tiene de aquel momento.
El otro gran grito de guerra de Isabel Pantoja
Para la posteridad quedó el “Un respeto a Francico Rivera Paquirri. No voy a consentir que lo nombréis más. Yo sí me puedo defender. Él no y ya está bien. Dejadlo en paz. Mi familia no ha salido para nada a decir nada. Nada de la familia Rivera, porque no tienen por qué. Tenemos todo callado. Estoy cansada de la familia Rivera, estoy cansada del daño que le han hecho a mi hijo. ¡Malas personas! ¡Cómo pueden hablar de mi hijo que hace 18 años que no lo ven porque no les da la gana. ¿Y quién es usted para decir que no estaba enamorada? Eso es mentira. Que lo sepa Andalucía y que lo sepa España entera. Que estoy cansada de la familia Rivera. Dejadme en paz porque era mi marido. Que me dejen en paz a mi y que dejen descansar en paz a mi MA-RI-DO”.
Las reacciones a la última llamada han sido variopintas
Muchos han sido críticos con Isabel Pantoja
Otros han aprovechado para hacer memes
Incluso han unido su polémica al vídeo viral de Thalía
https://www.instagram.com/p/Bn4ShoMAc3N/?hl=es&taken-by=carlotacorredera
Sea como fuere, presenciamos un momento histórico