Laura Matamoros ha empezado la semana con mal pie. Después de un fin de semana de lo más intenso en una boda, la hija de Kiko Matamoros ha sufrido las consecuencias. Y es que el frío que hacía le ha jugado una mala pasada y ha estado todo el lunes en la cama sin poder moverse. Esto ha impedido que pueda desarrollar con normalidad los quehaceres de su inicio de semana y todos los compromisos profesionales que tenía ya programados para el día.

La 'influencer' avisa: "No os puedo explicar lo mala que estoy"

El problema de salud de Laura Matamoros que le impide ejercer su trabajo con normalidad
Redes sociales.

Ella misma ha sido la encargada de decir qué problema de salud le impide ejercer su trabajo con normalidad. Lo ha hecho junto a un vídeo en el que ha tenido que ponerse un filtro de belleza para evitar mostrar la mala cara que tiene por el problema de salud que atraviesa: "Vale, me voy a tener que poner un filtro para que no me veáis realmente la cara que tengo. No es que esté constipada, sino lo siguiente. El otro día cogí bastante frío y desde el lunes pasado estoy bastante mal", empieza diciendo con la voz ronca."No me llego a poner buena y me estoy poniendo mucho peor. Estoy que no puedo hablar. Mi voz es... No es normal el frío que cogí el otro día. Lo que quería decir es que hoy tengo que grabar muchas cosas porque hay descuentos de Black Friday que os quería comunicar y decir pero no sé ni cómo hacerlo. Voy a ver si descanso un poco más y a ver si me recupero para luego", termina diciendo desde la cama de su casa.

"Estoy muy pocha", dice Laura desde la cama de su casa

El problema de salud de Laura Matamoros que le impide ejercer su trabajo con normalidad
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El mal cuerpo le ha impedido desarrollar su trabajo con normalidad. De hecho, se ha visto en la obligación de posponer grabar algunos vídeos que tenía que hacer sí o sí para cumplir con su contrato con algunas marcas. Desde la cama ha desvelado qué le ocurre y allí mismo tenía que comer una sopita con fideos reparadora que le ha sentado de maravilla en medio de su resfriado. "No podía ser otra opción mejor", dice agradecida y feliz porque la sopa caliente le ha sentado de maravilla.Aún así está feliz porque al cabo de las horas ha recibido la visita de su hijo Matías, el mayor, que ha llegado del cole y directamente se ha ido a ver a su madre a su cuarto. Nada le ha hecho más feliz que pasar un rato con su hijo cuando todavía espera recuperarse para retomar su agenda profesional.