Si hay una fecha marcada en el calendario de Rocío Carrasco es el 5 de agosto de 2019. Ese día supuso un punto de inflexión para la hija de Rocío Jurado, que intentó quitarse la vida. Precisamente, su serie documental, 'Rocío: contar la verdad para seguir viva', arranca con ese trágico episodio. El hecho de que Antonio David Flores entrara a participar en 'Gran Hermano' y que su hija, Rocío Flores, acudiera un programa de televisión, fue un shock muy grande para Rociíto, que no pudo más e intentó acabar con su vida. Precisamente, tras ese día, intentó reabrir el caso de la demanda contra su ex, sin éxito alguno.
Rocío Carrasco revela que Antonio David Flores intentó vender su suicidio
"Yo intenté reabrirlo cuando me pasó lo que me pasó (dice refiriéndose a su intento de suicidio) pero me dijeron que no. Ellos (refiriéndose a Antonio David Flores y a su equipo legal) en su escrito de contestación a la reapertura ellos dicen más o menos que yo me lo he inventado", comienza diciendo en el undécimo episodio de la docu-serie. Y posteriormente pasa a revelar el verdadero motivo por el que ella hizo público lo que ocurrió aquel día: "Yo decidí contar lo que pasó el 5 de agosto porque esta persona ya se había encargado de intentar vender estos informes de ese día", comienza diciendo.
Rocío Carrasco asegura que Antonio David Flores tuvo acceso a dicha documentación "por el procedimiento de la reapertura. A él le llega una copia de esos informes míos. Es por eso por lo que lo cuento porque por una vez soy yo la que está contando mi vida", dice antes de desvelar que efectivamente el proceso no se reabre. "No entra en mucho en cabeza humana que con estos informes que he leído del propio Juzgado de Violencia sobre la mujer. No sé que más tiene que pasar", dice.
Rociíto no entiende el motivo por el que no se ha reabierto el caso
La hija de Rocío Jurado no entiende el motivo por el que no se reabrió el caso, ya que su "maltrato psicológico" también ha sido mediático. Así mismo lo ha contado ella: "Además yo siempre he dicho una cosa, cuando existe un daño infringido a otra persona psicológico, es muy difícil de demostrar porque esas cosas suelen ocurrir a puerta cerrada. Suelen ocurrir en momentos en los que no se te ve o se te oye. Entonces es complicado. Yo entiendo que los jueces lo tengan complicado, pero en mi caso es que a mí las lesiones y el daño emocional no se me han hecho de una forma, que no me ha visto nadie. A mí se me ha hecho públicamente durante 20 años", dice.