Marta Fernández ha vivido una de las épocas más difíciles de su vida y no ha dudado en hacerlo público.Y es que la periodista fue acosada durante dos años y ahora su acosador ha sido detenido en Madrid, un noticia que le ha tranquilizado bastante a Marta. Ahora que parece que ha pasado, la periodista ha dado permiso a Nacho Abad para que cuente qué ocurrió.Lo ha hecho en Espejo Público, donde el periodista desvelaba la identidad de la presentadora que había pasado por este desagradable momento: "Es amiga personal y una extraordinaria comunicadora. Doy su nombre porque se lo he consultado y he pedido permiso", explicaba. Nacho Abad se puso en contacto con ella nada más enterarse de la noticia y ésta le dijo que no tenía problemas en que se contara la historia.
Poco después, la propia Marta Fernández ha querido explicar todo lo que ha ocurrido. Y es que la persona que finalmente ha sido detenido -y que se hacía llamar el pájaro azul-, empezó mandándole mensajes a través de las redes sociales. La cosa no quedó ahí y poco a poco fue a más. De hecho, el siguiente paso fue enviarle cartas a su casa, donde escribía su dirección.Unas cartas en las que expresaba la obsesión que sentía por la presentadora. Y es que después le hacía saber que la había visto y que "su corazón había empezado a palpitar", explicaba en otra de las cartas. Pero la gota que colmó el vaso fue el día que le mandó un regalo que llevaba en el interior una llave que decía que pertenecía a un candado escondido en un lugar de Madrid, "me gustaría y desearía que algún día podamos abrir ese candado y llevarlo a Nueva York". Lo llamativo de esto fue que el regalo estaba colocado en el balcón de su casa.Después de esto, Marta Fernández acudió a comisaría para denunciar a esta persona. Pero el pájaro azul no paró y un día apareció en un acto que presentó la periodista.
Una experiencia muy desagradable que era cada vez más intensa: "Se plantaba en mi puerta todos los días. Por la mañana, se ponía debajo de mi casa a jugar con una pelota, a cantar y hacia como que hablaba con el móvil, lo que hacía sentirme prisionera en mi propia casa".Marta ya no podía más y volvió a la Policía para denunciar a esta persona una vez más. Fue detenido y el juez le ha puesto una orden de alejamiento de 500 metros.