Son días especialmente tristes para Rocío Crusset. La hija de Mariló Montero y Carlos Herrera está de luto por la reciente muerte de su abuela paterna. Blanca Crusset, madre del famoso periodista y locutor de radio, falleció este viernes 29 de enero a los 91 años, dejando a sus familia rota de dolor.
El último adiós a Blanca ha estado marcado por las restricciones de aforo de la pandemia, ya que solo se permite el 30% del aforo en las ceremonias religiosas y seis personas en los velatorios. Por ello, la despedida ha sido estrictamente familiar. Solo han asistido los familiares más directos. Entre ellos, Mariló Montero, que ha querido apoyar a su exmarido en un día tan doloroso.
"Madre hay más de una"
La periodista y presentadora se desplazó junto a su hijo Alberto para despedirse de la que había sido su suegra durante décadas. El gesto demuestra que la relación de ambos profesionales de los medios sigue siendo cordial, a pesar de llevar más de 10 años separados.
Rocío, por su parte, ha compartido una bonita imagen junto a su abuela en las redes sociales. Desde Nueva York, donde estudia Diseño de Moda en el Parsons School of Design de The New School, ha compartido un bonito mensaje. "Que madre hay más de una y no es la madre de Dios, que contando a mi abuela ya tengo dos y las dos me dan siempre el mismo consuelo", ha escrito a través de Stories.
En la imagen aparecen la madre de Carlos Herrera con su nieta, sentadas en un sofá y sonriendo, mientras la joven apoyaba su cabeza sobre el hombro de su abuela. Blanca Crusset, de quien Rocío tomó el apellido para su carrera como modelo, luce una blusa de lunares y una toalla a la cabeza, mientras que la joven, de 26 años, lleva un conjunto en color blanco.
"No sé cómo agradecer los cientos de mensajes que he recibido estos días", ha reconocido la modelo. "Mil millones de gracias, vuestro apoyo es de los mejores consuelos", añadía en una publicación en sus redes sociales.
La joven no ha podido venir a España para rendir un último homenaje a su abuela, ya que se encuentra en Estados Unidos. Fue hace tan solo unas semanas cuando doña Blanca sufrió una rotura de cadera que provocó un gran empeoramiento en su estado de salud. Ha muerto en Sevilla, ciudad en la que vivió la última década.