Daniel Sancho se encuentra la prisión de Koh Phangan, la isla donde fueron hallados desmembrados los restos mortales de Edwin Arrieta. Allí afronta un día a día nada halagüeño. Menos aún desde que confesara ser el autor del crimen que acabó con la vida del cirujano colombiano de 44 años, con el que reveló había mantenido relaciones sexuales. En la cárcel solo ha podido tener contacto, hasta ahora, con su abogado. El director del centro penitenciario ha asegurado que no está recibiendo ningún trato especial, que le han derivado a la zona hospitalaria, ya que podría "hacerse daño a sí mismo". También ha deslizado que está recibiendo vitaminas y otro medicamento que no llegó a especificar para controlar el estrés. Ahora sabemos que lo que está tomando son medicinas para reducir la ansiedad, ya que sus primeras noches allí han sido "terribles".
"Daniel Sancho está tomando ansiolíticos" en la cárcel de Koh Phangan
"Las dos primeras noches de prisión han sido terribles", ha asegurado este jueves la periodista Marisa Martín Blázquez en 'El programa del verano', en Telecinco. Según la colaboradora, fuentes próximas a la familia de Daniel le han hecho saber que el chef se le está haciendo muy difícil su estancia en el centro penitenciario y que, debido a su estado, "está tomando ansiolíticos".
Las palabras de Blázquez no coinciden con lo que ha expresado el responsable de la cárcel. Este ha recalcado que el joven de 29 años "está bien" y que, cuando concluya su cuarentena de 10 días, no pasará entonces a una celda común, como se le presupone al resto de reos, sino que seguirá en la zona hospitalaria. Sancho, al que se le acusa de asesinato premeditado y ocultamiento de cadáver, lleva ya tres días en prisión. Una, por cierto, que no tiene todas las comodidades a las que está acostumbrado.
"Las celdas son jodidamente irritantes, 45 personas todas queriendo mear temprano por la mañana, y algunos insisten en ducharse en el único retrete de la celda", cita la bloguera Mia Escobud en un artículo sobre esta prisión asiática. "Ya no hay hamacas en las celdas y los reclusos están limitados a 3 mantas cada uno: una para taparse, otra para dormir y otra como almohada", dice.
La comida en la cárcel de Koh Samui es "un arroz de aspecto asqueroso y caldo maloliente"
En la cárcel "hay unas 16 duchas y 2 abrevaderos, es un poco locura", destaca la citada bloguera. "Puedes ir cuando todo el mundo haya cenado, pero es muy probable que no quede agua. Todo el mundo se ducha en calzoncillos, quizá un poco tímidos". Respecto a las comidas de esta cárcel, -algo tan importante para Daniel, que se dedica profesionalmente a la hostelería- dejan mucho que desear. Estas consisten, por lo general, en un "arroz de aspecto asqueroso y caldo maloliente con algunos huesos". Lo mismo sucede con las cenas: "A veces puedes tener suerte y conseguir un poco de pollo pegado a los huesos".