Cada vez son más y más los detalles que salen a relucir sobre la noche del 3 de agosto en Koh Phangan. Allí fue donde Edwin Arrieta perdió la vida en un crimen que tiene como presunto autor a Daniel Sancho, que permanece en la prisión provisional de Koh Samui. Sin embargo, poco o nada se había vuelto a saber sobre cuáles fueron los planes del hijo de Rodolfo Sancho tras el desmembramiento del cirujano. Algo que ahora ha contado Denis, un ciudadano bielorruso que estuvo con el protagonista de la historia tan solo 24 horas después de la muerte del colombiano.

Daniel Sancho bebiendo de un coco.
Daniel Sancho bebiendo de un coco. (Foto: @danielsanchobanus Instagram)

Ha sido ‘El programa del verano’ el encargado de sacar a relucir estos datos, indicando que el testigo ha asegurado que Daniel Sancho "estuvo tan contento y tan ruidoso que casi interviene la policía": "No escuché nada extraño. Por la mañana temprano, cuando estaba con mi perro paseando, vi a este chico yendo a la playa… Quizá a desayunar", comenzaba explicando. Un testimonio que no ha quedado ahí, y que este vecino ha querido seguir puntualizando: "Siempre estuvo solo. Estuvo con dos mujeres, pero no parecían amigos, vinieron separados, quizá se conocieron en el restaurante. Parecía como unos turistas que acaban de conocerse".

Denis, vecino de Daniel Sancho, hablando para 'El programa del verano'.
Denis, vecino de Daniel Sancho, hablando para 'El programa del verano'.(Foto: Telecinco)

A esto se suma que, durante el día posterior al crimen, Denis ha alegado que la actitud del chef español fue un tanto cuestionable: "Estaba saltando en la piscina, hablando con alguien… No sé quién era. Estaba como contento. Saltaba una y otra vez a la piscina de la villa que él mismo alquiló y donde vio morir a su amigo". Además, el testigo ha confirmado que, aunque no escuchó nada extraño, lo vio "andando por aquí, yendo al restaurante, embarcando ahí, lo vi… Solo, era un turista".

Con estas palabras, el bielorruso ha demostrado que, aunque no sabía exactamente cuales, Daniel tenía motivos para estar feliz. Es por ello que no tuvo reparo en saltar varias veces a la piscina de la villa en la que estaba alojado en un momento en el que se desconocía la historia que había detrás de todo lo sucedido. Y es que, no fue hasta unas horas después cuando Daniel denunció la desaparición de Edwin e inmediatamente se situó en el ojo del huracán de las autoridades, que todavía no han revelado cuál es la pena que se ajusta a su caso y que Arrieta tendrá que acatar.