Daniel Sancho se intercambió varios mensajes con Vivi, la mejor amiga de Edwin Arrieta, cuando estaba en la comisaría de Koh Phangan, donde se personó por decisión propia, para denunciar la desaparición de su amigo. Ahí acudió la noche del jueves 3 de agosto, pasadas las 23:00 horas en Tailandia, 11 de la mañana en Colombia, según la cronología de los hechos. Nada hacía presagiar que el hijo de Rodolfo Sancho se convertiría en el principal sospechoso del asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano que, horas después, él mismo confesaría. Este jueves se conocían más detalles de ese confuso momento. La colombiana se intercambió una serie de mensajes con Sancho, como le llaman sus más íntimos, que deja mas incógnitas que certezas. El español confesaba que tenía miedo.
Daniel Sancho: "Aquí no están haciendo nada más que hacerme preguntas a mí en vez de estar buscándolo"
Ha sido el programa 'Así es la vida' el que se ha hecho eco de esta conversación de WhatsApp. Era la propia Vivi la que leía íntegramente los mensajes que se intercambió con el asesino confeso justo antes de personarse en comisaría y en momentos posteriores, previo paso a declararse culpable. Recordemos que cuando acude a dependencias policiales a denunciar la desaparición de Edwin todavía tenía acceso a su teléfono móvil. No fue hasta el sábado 5 de agosto, día en el que reconoce los hechos y se le detiene, que se queda sin el aparato, lógicamente, y pierde cualquier derecho a contactar libremente con el mundo exterior.La última vez que la amiga de Edwin tiene noticias del cirujano es el miércoles 2 de agosto, a las 7 de la mañana en Colombia (19:00 horas en Tailandia). Según el testimonio de Daniel, ese día, sobre las tres de la tarde (hora tailandesa) fue a recoger a su amigo al embarcadero de la isla. Tras parar a comer, se trasladaron juntos al bungalow del hotel Haat Salad del que el colombiano nunca más saldría con vida. Al no saber nada de él, la amiga escribe a Daniel. Le indica que están muy angustiados y le pide que vaya a buscar a Edwin "por donde sea". Él le contesta: "Sí, cojo la moto y voy a la policía o a los hospitales". Vivi le insta a que acuda a la comisaría hasta el punto de mandarle la dirección.
"Me tienen retenido haciéndome muchas preguntas"
El hijo de Rodolfo Sancho se traslada a comisaría a la hora indicada más arriba. Antes de aquello, acude a la fiesta de la Full Moon Party y realiza su último viaje en kayak provisto de una de las bolsas donde había depositado partes del cuerpo de Edwin, previamente descuartizado.Vivi no vuelve a saber nada de él hasta la mañana siguiente, viernes 4 de agosto. "Por favor, Sancho, ¿ya fuiste?", le escribe. "Me tienen retenido haciéndome muchas preguntas", contesta este, a lo que ella le responde: "Qué susto. ¿No te imaginas dónde puede estar Edwin?", le pregunta ella. "No sé qué decirte. Solo sé que espero que esté bien. Me tiene retenido, literalmente, toda la policía de Ko Phangan", le contesta el español. "Hemos hablado con la cónsul, la embajadora... El único que estaba con él eras tú. Ay, Sancho, así que... ¿no sabes qué decirme? Esto es horrible", le traslada nuevamente su angustia Vivi. "Aquí no están haciendo nada más que hacerme preguntas a mí en vez de estar buscándolo", responde él.Sancho, todavía inmerso en un primer interrogatorio por parte de la policía para tratar de dar con el paradero de Edwin, le confiesa entonces a la colombiana lo siguiente: "Me está dando miedo esta gente", en referencia a los agentes. Esta, sin prever el posterior desarrollo de los acontecimientos, le da ánimos: "Tienes que estar tranquilo. Tú eres su amigo". Y añade: "¿Dónde dejó Edwin el equipaje, las maletas, sus cosas?". "Lo tenía él", le responde el joven de 29 años y añade: "Nos fuimos de una para la fiesta, no sé. No nos quedamos en el mismo hotel". "No dejes de contestarme", le suplica Viviana. Ese fue el último mensaje que se intercambiaron porque Daniel no volvió a contestar.