Carlos Iglesias se ha situado en el ojo del huracán a consecuencia de una serie de movimientos fiscales que tuvieron lugar en 2001.
Aunque permanece un tanto alejado del foco mediático, el nombre de Julio Iglesias ha vuelto a copar titulares, pero por circunstancias totalmente ajenas a él. Y es que, su hermano menor ha sido citado a declarar el próximo martes en la Audiencia Provincial de Madrid. Así lo ha publicado esta misma mañana la fiscalía de la capital, que ha señalado a Carlos Iglesias por un presunto delito de fraude que data del año 2001.
Al parecer, en la fecha en cuestión, el hermano del artista no habría declarado 19 millones de euros de la venta de unos terrenos. El acusado alegó que tenía su residencia fiscal en Panamá y ahora, si no pudiera demostrarlo, podría enfrentarse a cuatro años de cárcel y una multa de más de 98 millones de euros: “La entidad Rolimpa Trading Corporation fue constituida en Panamá el 3 de junio de 1984 y que en 2001 vendió sendas escrituras públicas una serie de terrenos de su propiedad en Vicálvaro a dos sociedades españolas por un importe de 18.538.465 y 27.739.466,07 euros, respectivamente, lo que hacía un total de 46.277.932,04 euros”, revela el testamento.
Esta alta cantidad de dinero no se habría declarado “con el finde procurarse un beneficio fiscal ilícito”. Para ello, Carlos Iglesias presuntamente pagó estas operaciones a través de una transferencia bancaria que acabó en la cuenta del banco Continental de Panamá. La transacción en cuestión tuvo lugar cuando el hermano de Julio era dueño de una sociedad dirigida por Rolimpa.
Los cargos que se atribuyen a Carlos Iglesias, al descubierto
A esto se suma que, tal y como reconoce la Fiscalía, el acusado no presentó “declaración del Impuesto de la Renta de No Residentes de la mercantil Rolimpa Trading Corporation, que se declaraba residente fiscal en Panamá, ni declaración tributaria alguna por las ganancias obtenidas en esta operación”. Por si fuera poco, el 22 de febrero de 2001 Carlos Iglesias firmó un contrato con el fin de vender sus acciones en Ganivet que “no se corresponde con la realidad”, según las autoridades pertinentes.
Por último, la acusación indica que el hermano de Julio Iglesias no dejó constancia de que su residencia fiscal estaba en Panamá: “Ha pasado temporadas en España, donde en el ejercicio 2001 y 2002 tiene sus intereses económicos principales y mayor obtención de la renta consecuencia de las ganancias de esta operación, de modo que ha de considerarse residente fiscal en nuestro país”, relata un documento que pone en jaque la situación de Carlos Iglesias frente a la Justicia española.