Cantaba Gardel que 20 años no son nada y para Los Caños, que de cantar también saben, efectivamente 20 años no han sido nada. Aquellos niños que cantaban Niña, dulce niña a principios de los 2000, son hoy ya adultos, pero su esencia traviesa y gamberra sigue siendo la misma. Y su talento también. Dos décadas después de desaparecer como grupo, Kiko, Juande y Javi vuelven a los escenarios con una gira que acaban de anunciar después de que el que iba a ser su único concierto en Sevilla agotase las entradas rápidamente. Los Caños vuelven para despedirse de su público como creen que merecen. “En 2005 tuvimos una despedida amarga. Bueno, es que ni siquiera fue una despedida. Simplemente, desaparecimos y el grupo se merece un adiós que esté a la altura”, nos cuenta Kiko.
Tras dejar el grupo en 2005, él continuó su carrera musical de la mano de su hermana Shara. Juande y Javi, por su parte, iniciaron una nueva vida que les llevó por otros derroteros (uno de ellos fue incluso detective. Sí, detective). Se separaron como grupo, pero la amistad permaneció intacta y, como buenos amigos, hoy nos
conceden esta entrevista en la que pedimos al lector que se ponga en la piel de unos niños de 14 años que de repente se toparon con dinero, fama y viajes.
Alberto Bernárdez
Pues al final hacéis gira… ¿Qué ha pasado?
Kiko: Han sido las ganas que tenía la gente de vernos. Nuestra intención era hacer un único concierto. Lo que pasa es que después de lo que ha pasado con el concierto de Sevilla nos han apretado mucho el público, los promotores, la industria... La gente pedía gira.
¿Y cómo surge esta idea?
Si no me equivoco, es Kiko el que toma la iniciativa, os llama y os lo propone.
Kiko: Sí, aunque ya llevábamos varios años que de manera individual lo teníamos en la cabeza. Este año llegaba una fecha muy importante que era el 20 aniversario de la separación del grupo y el 25 aniversario de nuestro primer disco. Eso nos indicó que era el momento y eso fue lo que me hizo levantar el teléfono y preguntarles qué les parecía la idea. Fue muy bonito.
Kiko, ¿lo teníais claro?
Sí, los tres teníamos claro que el motivo era tener una despedida en condiciones porque con los Caños no la tuvimos. Desaparecimos de un día para otro sin opción de despedirnos del público.
Alberto Bernárdez
¿Por qué? ¿Qué pasó?
Kiko: Estábamos muy desgastados. Siendo solo unos niños ya empezamos a vivir de esto con ensayos, viajes… Y llegamos a desgastarnos mucho. Creo que más que una despedida fue una huida porque el cuerpo nos lo pidió. O yo qué sé, porque el destino quiso que eso fuera así.
Hablas de un desgaste emocional, entiendo.
Javi: Sí, porque nos pilló muy jóvenes. Solo teníamos 13 años, vivimos muchas cosas y pasábamos mucho tiempo fuera de casa. También hay que detenerse en eso, en que éramos tres niños que se pasaron cinco años fuera de su casa. A mí personalmente me llegó un momento en el que dije: ”Necesito normalidad”.
Y entonces lo dejasteis todo. Javi, en tu caso, has estado viviendo en Suiza, ¿no? ¿Por qué te fuiste?
Javi: Mi padre siempre ha vivido en Suiza. La gente se piensa que yo me fui un poco a la aventura, pero no porque mi padre ya vivía allí. Yo me fui empujado por la crisis que hubo en nuestro país. Me vi con un hijo en el mundo y que la economía estaba cayendo muchísimo y la verdad que mi padre me dio la oportunidad y me fui.
¿Y qué has hecho allí?
Javi: De todo (risas). He sido guardia de seguridad, detective, conductor de un furgón blindado, trabajador de Correos…
¿Detective?
Kiko: Yo no sabía que habías sido detective.
Javi: Sí, trabajé como detective en unos grandes almacenes de productos electrónicos. Investigaba a los clientes, las estafas… Incluso a los trabajadores porque algunos también robaban. Un día pillé a uno…
Kiko: Estoy flipando, Javi.
¿Y en tu caso, Juande?
Juande: Yo siempre he estado ligado a la música, pero sobre todo a la música en
directo.
A pesar de la distancia, nunca habéis perdido el contacto y seguís siendo muy amigos. ¿La experiencia de Los Caños os unió para siempre?
Kiko: Claro. Éramos tres niños que estábamos de lunes a domingo juntos. Llegábamos a casa, en Cádiz, después de varios días de viaje y por la noche nos volvíamos a juntar y nos íbamos a tomar copas por ahí. Siempre estábamos juntos.
Javi: Es que éramos muy pesados, muy intensos.
Kiko: Era un vínculo especial entre nosotros. Pero es verdad que cuando Los Caños se separan hay un proceso en el que cada uno rehace su vida y la comunicación ya no es tan fluida como antes. Sin embargo, el cariño se ha mantenido siempre y por eso cuando nos hemos juntado 20 años después es como si no hubiera pasado el tiempo y estamos con las mismas bromas y tonterías.
Alberto Bernárdez
¿Creéis que os perdisteis la adolescencia?
Juande: Yo creo que no. Sí que es verdad que había un trabajo que era diferente, pero era como si estuviésemos estudiando una carrera, aprendiendo con los mejores dentro de un estudio, con técnicos, con marketing, con prensa...
Kiko: Pero nosotros no hemos vivido una adolescencia normal como otros amigos nuestros, que su vida era ir al instituto, los fines de semana, ir a la discoteca y estar con los amigos en la plazoleta... Nosotros siempre estábamos en las carreteras. Javi: Sí, pero nosotros llegábamos a un hotel de estos que tenían las piscinas con
las que soñabas antes y decíamos: "La que vamos a liar los tres aquí”. Y tenía que salirse todo el mundo de la piscina porque llegábamos armándola. Éramos tres niños al fin y al cabo.
¿Y cómo recordáis el fenómeno fan de aquellos años?
Kiko: Hemos vivido muchas cosas con los fans. Teníamos muchos clubes por España, incluso fuera, y hemos vivido muchísimas anécdotas. Hubo momentos de locura, de no poder avanzar con la furgoneta, colarse en los hoteles, en los camerinos, en nuestras casas...
¿En Cádiz sabían donde vivíais?
Kiko: Claro, nos tocaban el telefonillo y nos dejaban muchísimas cartas. Eso ya no existe, pero antes yo recuerdo que mi madre guardaba todas las cartas y siempre había dos o tres bolsas llenas. Era muy bonito.
¿Y cómo gestionasteis esa fama siendo tan niños?
Kiko: Con el paso de los años y los palos de la vida. En ese momento estábamos en una nube y todo era escenarios, dinero, fama y alfombras rojas, pero luego te das cuenta de que la vida es otra cosa. Después los años pasan, vas creciendo y vas viviendo de verdad lo que es la vida y ahí sí le hemos dado muchísimo más valor a lo que vivimos entonces.
Estábamos hablando antes de que erais unos niños y que no podías hacer lo que hacían los demás. Ir al instituto, por ejemplo.
Kiko: Es que tuvimos que dejar el instituto.
Pero a vuestros padres les dijeron que os iban a dar clases de manera particular…
Kiko: Sí, pero no se cumplió.
¿Y eso cómo sentó a vuestros padres?
Javi: Yo sí seguí estudiando porque mi madre es maestra. Se puso un contacto con mi instituto y de todos los maestros que me daban clases, solamente una accedió a examinarme cuando volví a Cádiz, porque ella les dijo que me podía preparar. Se basaban en que era la Educación Secundaria Obligatoria y si no había asistencia, no había exámenes. Entonces, si puedo decir que la enseñanza me dio la espalda y no me lo puso fácil.
Kiko: Yo recuerdo que en tercero de la ESO ya no tenía tiempo de ir al instituto, por
que siempre estábamos de viaje. Y recuerdo eso, que nos iban a poner un profesor, pero no lo hicieron y, al final, pues nuestros padres también se dejaron llevar un poquito. Todo era un poco locura, tanto para nosotros como para ellos. Evidentemente, a día de hoy, si les preguntas a ellos, igual te dicen que nos habrían amarrado un poco más, pero en aquel momento surgió así.
¿Y quién gestionó vuestro dinero? ¿Qué hicisteis con lo que ganasteis?
Kiko: Nuestros padres se preocupaban un poquito, pero sí es verdad que cada uno más o menos tenía el control de su dinero. Vamos, yo hac��a lo que me daba la gana, sinceramente.
Gtres
Kiko, con tu primer dinerito le pusiste las puertas nuevas a la casa de tus padres. ¿Y los demás?
Javi: Me lo gasté en ellos. Por ejemplo, le compré una tele grande a mi madre, que nunca habíamos tenido una en casa. Y un home cinema, que era muy de la época. Juande: A mí me pasa que mi madre muchas veces me dice: ”Mira hijo, esto me lo compraste tú cuando Los Caños”. Y yo: ”Yo creo que te estás equivocando, mama”. Pero no, ella lo sabe bien.
Kiko: Tío, las madres son así. Mi madre con una chaqueta, igual: ”Kiko, esta me la compraste tú”. Y yo: ”No me acuerdo.¿De verdad te lo compré yo? Pues devuélveme el dinero que está la cosa cortita ahora” (risas).
¿Y ahora qué os dicen vuestras familias de este regreso?
Kiko: Que quieren todo nuestro dinero otra vez (risas).
Javi: Que quieren tener acceso a nuestras cuentas como cuando éramos chicos.
Juande: No, en serio, les parece bien y es una aventura también para ellos.
Para vuestros hijos, va a ser la primera vez que os vean cantar el repertorio de
Los Caños. ¿Se lo habéis explicado?
Juande: Yo no tengo hijos.
Kiko: A mí sí me han visto cantar, pero es verdad que la parte de Los Caños mis hijos no la conocen y me parece muy emocionante.
Javi: Yo estoy harto ya de los temas de Los Caños porque mis hijos se las están estudiando. "Papá, por el CD en el coche", nos dicen. Es que quieren ser los mejores fans del concierto.