Llevaba seis años retirada del mundo de la música, pero la llama nunca se apagó. Es la primera vez que quien nos representó en Eurovisión en 2016 abre las puertas de su casa, pero lo más significativo de este encuentro no ha sido eso, sino la honestidad de sus respuestas. Bárbara, conocida por el nombre artístico de Barei, se ha metido de lleno en cada una de nuestras preguntas y sus respuestas nos han pellizcado el corazón. En seis años suceden muchas cosas: se ha convertido en madre de mellizos, se ha separado y nos dice que su mundo interior no es el mismo. Todo esto viene plasmado en el que será su nuevo trabajo discográfico: 13 temas que prometen pellizcar el corazón de su público como a nosotros durante esta charla.

Enhorabuena por este regreso.

Vuelvo con 13 temas. Es un disco profundo e introspectivo. Es un viaje de la oscuridad más profunda a la luz más brillante.

"Estos años han sido los más bonitos de mi vida, los más duros y los que más claridad me han traído”, confiesa Barei

¿Y cómo ha sido este viaje?

Se ha hecho desde un lugar muy desordenado emocionalmente, después de seis años de estar retirada...

¿Qué ha sido de ti durante estos seis años?

Me han pasado muchísimas cosas. He sido madre de mellizos, llegó la pandemia, me separé… En definitiva, muchas cosas personales que han hecho que me cambie la escala de valores totalmente. Lo que antes era irrelevante ahora es fundamental, y lo que antes era importantísimo ahora no me importa absolutamente nada.

Estamos ante una nueva Barei…

He cambiado mucho la manera de mirar el mundo y de ver la vida. Este disco es un reflejo de todo este

crecimiento personal, de todo el trabajo que he hecho durante estos años de autoconocimiento y de abrazar lo que la vida me ha ido trayendo, porque a veces quieres ir por un lado y la vida te lleva por otro.

¿Hablamos entonces de seis años de retirada felices o duros?

Han sido los más bonitos de mi vida, los más duros y los que más claridad me han traído. Esa claridad y ese aprendizaje creo que se está reflejando en el disco. Es un tránsito de mucho dolor y de muchas heridas. No se nota rencor ni tristeza en tus palabras...

Barei en su salón

Joan Crisol

Estar presente en la crianza de mis hijos en la primera infancia, que no todo el mundo se lo puede permitir, ha sido especial. Yo he tenido la suerte de elegir estar presente y de retirarme un poco del tema de la música. Y eso también me ha dado la oportunidad de ver un espejo en ellos, porque los peques al final son unos maestros.

Está claro que la llegada al mundo de tus hijos te cambió las prioridades.

Totalmente. Las cosas que antes me llenaban ahora me vacían. Me llenaba mucho que la gente me reconociera desde fuera y solo así me daba yo validez y valor. Y ahora es al revés, después de mucho trabajo y mucho silencio, que el silencio ayuda mucho, he conseguido el efecto contrario. Ellos son un ancla al presente.

¿Sientes que tu público te ha extrañado?

Creo que sí.

¿Te apetecía volver?

Es que yo no quería volver…

"En relación a la música, sentía mucho rechazo a la parte superficial, a los eventos, al qué me pongo”, nos confiesa la artista

¿Cómo?

Sentía mucho rechazo a volver a estar en la música, porque la música no la he dejado nunca. He seguido componiendo para otros, ha seguido acompañándome en otros proyectos…

¿Entonces?

Sentía mucho rechazo a la parte superficial, a los eventos, al qué me pongo… 

Parece que este nuevo proyecto es un ejercicio muy grande de honestidad.

El disco entero tiene mucha responsabilidad afectiva, tanto hacia uno mismo como hacia el mundo. No echar balones fuera, responsabilizarte de tu gestión emocional, de lo que a ti te sucede, cómo te afectan las cosas, cómo las interpretas y cómo actúas en consecuencia han estado muy presentes en este proyecto. Yo antes iba mucho por la inercia y ahora empiezo a identificar las cosas de forma muy diferente.

¿Y cuándo fue ese momento en el que dijiste: "Voy a volver"?

Cuando dije: "Ahora me veo capacitada de darme el valor yo, de darle yo valor al proceso y no al resultado".

Barei en su amplio comedor

Joan Crisol

¿Has ido a terapia?

Llevo en terapia desde los 16 años y tengo 42. Es verdad que llevo en terapia toda mi vida, pero en diferentes modos. Estos últimos años ha sido más intensa porque aparte de terapia personal, he hecho muchos retiros de yoga, meditación, mindfulness, estar en silencio, muchas cosas…

Vemos que ya tienes puesto el árbol de Navidad.

Yo nunca lo quito, en mi casa es Navidad todo el año (risas). Retiro los adornos, pero me gustan tanto las luces que las dejo puestas…

Cambiando de tema y aprovechando que ya ha comenzado el Benidorm Fest, ¿cómo recuerdas tu paso por Eurovisión?

Pues maravilloso y también durísimo. Eurovisión no era algo que yo buscase. Fue una causalidad, pero lo disfruté muchísimo. Yo creo que mucha gente sale escaldada de la experiencia de Eurovisión, pero yo no me siento así. Los acontecimientos pueden ser los mismos, pero la manera de vivirlo de cada persona es distinta. La mía fue desde el agradecimiento más absoluto, yo siempre he dicho que para mí Eurovisión es neón.

Y si ya para terminar te pregunto cómo estás ahora...

Desordenada (y se ríe porque así se titula también una de las canciones de su nuevo disco).