No es un martes cualquiera para Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana. El exmatrimonio ha llegado a primera hora de esta martes a los juzgados de Barcelona para acudir al juicio por el que se enfrentan a cuatro años de cárcel. La tenista está viviendo uno de los peores momentos de su vida, ya que se enfrenta a cuatro años de cárcel por presunto alzamiento de bienes y a pagar más de seis millones de euros de responsabilidad civil. Ella misma ha declarado que está atravesando una etapa complicada, con apuros económicos: "Saco adelante a mis hijos gracias al dinero que me dejan los amigos", confesaba Arantxa Sánchez Vicario.
La tenista, que llegó a ser número uno del mundo, ha sido la primera en llegar a los juzgados de Barcelona. Lo ha hecho acompañada de una persona de su confianza, que no la ha dejado sola ni un momento, a sabiendas de que la prensa estaba allí para captar imágenes de ella, porque la expectación es máxima. Arantxa Sánchez Vicario no ha querido contestar ninguna pregunta y se ha limitado a saludar y a decir "muchas gracias".
La tenista ha llegado junto a una persona de su confianza
Unos minutos después, y con una cara de menos preocupación llegaba su exmarido, Josep Santacana, que sí ha optado por mantener una conversación, aunque corta, con la prensa. Se ha mostrado con semblante tranquilo y ha llegado acompañado por su abogado. Santacana comenta que afronta la jornada de hoy "bien, con tranquilidad" y asegura que no se arrepiente "de nada" de lo que haya podido hacer.
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Vídeo: EUROPA PRESS.
Vídeo: EUROPA PRESS.
La causa de este juicio se encuentra en una deuda que arrastra Sánchez Vicario desde 2009. Por aquel entonces, el Tribunal Supremo confirmó que la tenista debía hacer frente a una multa de 3,5 millones de euros más intereses por evasión fiscal, sumando un total de 5,2 millones de euros. Esta suma debía ser abonada al Banco de Luxemburgo, entidad que luego de múltiples intentos fallidos de comunicación con la deportista, decidió emprender acciones legales contra ella y su entonces esposo. La situación se complica al saberse que Arantxa y Santacana, ya separados, enfrentan una posible condena de cuatro años de prisión y una indemnización de más de 6 millones de euros.
Parece ser que el núcleo del conflicto radica en un acto de alzamiento de bienes o insolvencia punible, después de que Sánchez Vicario no proporcionara una lista de bienes para ser embargados y cubrir la deuda, que llegó a ascender hasta los 7,5 millones de euros. Ante este panorama, el Banco de Luxemburgo optó por la vía penal en 2015, presentando una querella contra la tenista y su exmarido.
La expareja se acusa mutuamente
Hasta la fecha, la entidad bancaria solo ha logrado recuperar 1,8 millones de euros del total adeudado. La situación empeora al descubrirse que, según la entidad bancaria, la pareja actuó de común acuerdo para hacer desaparecer el patrimonio de la tenista, con el objetivo de evadir su responsabilidad financiera.
En octubre de 2021, Arantxa presentó su escrito de defensa, admitiendo haber ocultado bienes. Sin embargo, señaló a su exmarido, Josep Santacana, como el verdadero culpable, alegando que la había manipulado y dilapidado gran parte de su fortuna sin su conocimiento. Josep, por su parte, también busca desvincularse. Asegura que solo se encargaba de gestionar los intereses de marketing y relaciones públicas y no tenía relación alguna con la administración del patrimonio de Arantxa. Ahora, ambos se culpan mutuamente.