Aunque han pasado casi dos años desde que la presidenta de Inditex adquirió el pazo de Aián, no ha sido hasta ahora cuando ha comenzado a acomodarlo a su gusto.

Convertida en la presidenta de Inditex, Marta Ortega está demostrando ser capaz de coger el testigo de su padre y seguir haciendo crecer su imperio textil. La hija de Amancio Ortega es una de las empresarias más destacadas tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, y no es para menos. Un éxito que se transcribe también en la ampliación de su patrimonio inmobiliario, el cual crecía recientemente con la adquisición del pazo de Aián, en Cambre.

Marta Ortega, muy sonriente con gafas de sol.
Marta Ortega, muy sonriente con gafas de sol. (Foto: Gtres)

Han pasado casi dos años desde que Marta Ortega se hizo con esta histórica propiedad que data del siglo XVIII y destaca por sus jardines arbolados y una amplia laguna rodeada de frutales. Sin duda alguna, un lugar donde disfrutar de la temporada estival y descansar antes de retomar la rutina al frente de la multinacional que fundó su progenitor. Es por ello que la de Vigo ya se ha puesto manos a la obra para rehabilitar el que se convertirá en su sitio de retiro por excelencia.

El pazo de Aián: una propiedad histórica

El pazo de Aián es un enclave dotado de un gran significado dentro de las fronteras de A Coruña. Tanto es así, que el historiador y concejal de Turismo y Patrimonio de Cambre, Ramón Boga, ha tenido oportunidad de describirlo en su página web, al ser considerada una zona de gran interés: “La planta es rectangular e irregular, con fábrica de perpiaño y mampostería receba. La fachada sur dispone de un gran porche. El acceso a la construcción se realiza por la fachada norte a través de un gran patín. Cuenta con una preciosa capilla con palo de pazo dispuesto, y muestra una evidente influencia neorrománica”, aclaraba.

Una descripción muy detallada con la que dejaba entrever que, pese a ser una construcción que ha mantenido su esencia, ha sufrido modificaciones para adaptarse a los nuevos tiempos. Entre ellas el añadido de galerías eléctricas.

El pazo de Aián desde una perspectiva inferior.
El pazo de Aián desde una perspectiva inferior. (Foto: Gtres)

Pese a ser un inmueble protegido, una de las condiciones que Marta puso al adquirirlo por unos tres millones de euros fue que se le entregara vacío, aunque se respetaran tanto su fachada como los elementos hist��ricos. Para conseguirlo, la familia Castañón trasladó todo el mobiliario del interior a Madrid, y concretamente donde viven los Ortega; mientras que otras piezas descartadas para su movilización fueron donadas. Una vez la empresaria ha finalizado este proceso, ha dado pistoletazo de salida a la acomodación de sus enseres para tenerlo acabado con su toque personal cuanto antes.

16.000 metros cuadrados y tres casas

Los 16.000 metros cuadrados que componen este pazo dan un amplio abanico de posibilidades a la empresaria a la hora de decorar a su gusto. De toda la extensión, están construidos 1.500 metros cuadrados en total y repartidos en tres viviendas, aunque la principal cuenta con 1.000 metros cuadrados, tres plantas, dos salones, un comedor y diez dormitorios; tres de ellos en suite. La segunda edificación es también conocida como la ‘casa del jardín’, que tiene 300 metros cuadrados en dos plantas. Y para finalizar, la casa de los caseros, tiene 200 metros cuadrados de parcela.

Marta Ortega, cada vez más cerca de su padre

La historia que rodea al pazo de Aián no solo se ciñe a su antigua construcción, sino también a los hechos que han sucedido dentro de este. En 1916, el conde de Fenosa, Pedro Barrié de la Maza, se casó allí con su primera esposa, Amalia Torres Sanjurjo. Esta última tenía una sobrina, Amalia Fariña Torres, la cual heredó la propiedad junto a su marido, Juan Castañón de Mena. La hija de ambos, Amalia Castañón Fariña, fue quien vendió a Marta Ortega este enclave que probablemente seguirá haciendo historia ya que, además, cuenta con una ubicación estratégica para la presidenta de Inditex. Y es que, está situado a tan solo diez minutos del pazo de Anceis, perteneciente a Amancio Ortega y Flora Pérez.