Así es la espectacular casa en la que Javier Ungría vive tras ‘Supervivientes’: las fotos del interior

Javier Ungría (37 años) ha vuelto a la vida —o al menos a la cotidianidad de esta— tras su paso por el concurso de ‘Supervivientes 2024’. Tras lo convulso de su vuelta a España, Javier ya se encuentra cómodamente asentado en su piso de la capital, lugar a donde estaba deseando volver para disfrutar de todas las comodidades de las que goza.

En esta nueva residencia llevaría instalado casi dos años, desde que puso fin a su matrimonio con Elena Tablada en 2022, por el que tuvo que abandonar el domicilio familiar que compartía con ella y su pequeña hija Camila, fruto de los seis años de relación que mantuvieron.

Así es la espectacular casa de soltero en la que Javier Ungría vive tras ‘Supervivientes’

Tras su polémico divorcio con la "cubañola" llegó su vuelta a la vida como 'single', teniendo que abandonar la vivienda que compartía con Elena, que se mudó a su residencia en La Moraleja, propiedad que fue comprada en su día por David Bisbal para su hija Ella cuando esta nació.

En este espectacular chalet que compartía con su expareja no solo disfrutaba de unas zonas verdes de lo más bucólicas, también gozaba de la tranquilidad de vivir en las afueras sin el bullicio asfixiante de Madrid. No es de extrañar que Javier Ungría quisiese buscar un piso en una zona pareja en la que vivir, por ello, su nueva vivienda sigue estando situada en la periferia madrileña.

Lejos de caer en clichés, el empresario ha demostrado tener un gusto exquisito para la decoración, pues su vivienda ha sido adornada personalmente por él con un bonito estilo minimalista. Y es que todo ha sido colocado con un aire de lo más moderno en el que lo que prima es la sencillez en las formas y la buena gestión del espacio, ahora consecuentemente más reducido al mudarse de una casa a un piso.

La entrada y el salón en el que sus amigos han organizado su vuelta de Honduras

Con su expulsión de ‘Supervivientes’, sus familiares y amigos quisieron prepararle una bienvenida a la altura de lo que se espera al estar durante casi tres meses fuera de España.  Por ello, sus más allegados se colaron por sorpresa en su piso y le colocaron en la entrada de este un elaborado mural de fotografías relativas a su concurso. En este, habían recolectado toda clase de instantáneas de los momentos más especiales de él en los Cayos Cochinos.

Su gente también le regaló una camiseta con una estampación de lo más especial, así como un dibujo de la irregular letra de su pequeña llamándole “héroe”. Una prenda de lo más especial que seguramente usará mientras disfrute de la comodidad de su hogar.

 

El salón en el que Javier Ungría aparece orgulloso con el mencionado regalo está decorado en tonos neutros y de lo más sobrios. Las paredes, persianas y zócalos en blanco nuclear aportan una mayor impresión de luminosidad, abriendo el espacio y dando una sensación de coherencia cromática a la sala. 

Los colores de los dos sofás —uno monoplaza y otro en forma de banco— en tonos gris marengo, combinan a la perfección con los detalles de las mesas en madera oscura de nogal, así como la alfombra rústica en tono beige —al igual que los cojines— de estilo nórdico. Sobre las mesas superpuestas vemos algunos elementos decorativos de diseño como la lámpara en esa llamativa tonalidad amarilla, así como el espejo circular con el marco dorado que dan al salón este toque de vanguardia dentro de lo clásico.

Javier Ungría ha pasado de la incómoda esterilla de la isla a su precioso dormitorio minimalista

Como también hemos podido observar en la estructura del techo de su salón, Javier Ungría vive en el último piso de su edificio, por lo que no es de extrañar que su dormitorio también siga esta forma abuhardillada propia de los áticos. Eso hace que no tenga tantas ventanas por donde dejar entrar la claridad lumínica en la vivienda, pero sí claraboyas en el techo, lo que le proporciona la luminosidad necesaria para estar más cómodo si lee desde la cama. 

Su habitación se encuentra perfectamente despejada y sin adornos excesivos, para Javier es muy importante la paz visual que le aporta un ambiente libre de desorden y objetos innecesarios. Por ello, cuenta solo con una cama de matrimonio flanqueada por dos sencillas mesillas pequeñas en color madera a cada lado, acompañada de un cabecero acolchado tapizado en tono gris perla, en contraste con el azul de los dos cojines en terciopelo.

Su afición por la moda se traslada a su vestidor XL

Anexos a esta habitación, estarían el baño y el amplio vestidor que complementan a la perfección la funcionalidad que buscaba Javier Ungría cuando se mudó a este coqueto pero espectacular ático en las afueras.

Su vestidor no solo es XL, también está perfectamente amueblado en madera sin puertas, lo que hace que las prendas estén expuestas a la vista por tonalidad y forma en la que se doblaron, evidenciándose también lo pulcro y meticuloso que es el aristócrata tratando su ropa.

Del cuarto de baño en mármol poco podemos decir, solo que cuenta con una gran bañera circular al lado de una ventana en el que poder darse todos los baños con jabón de los que no ha podido disfrutar en Honduras.

Javier Ungría también goza de una terraza para disfrutar del buen tiempo

Javier Ungría, aunque ya no puede disfrutar de las grandes zonas verdes de su anterior vivienda, también tiene una terraza bastante cómoda en la que de vez en cuando hace alarde de sus dotes culinarias cocinando al sol para sus seres queridos.

Su amor por la gastronomía le llevó a ser propietario de un restaurante en la capital, no es de extrañar que ponerse el delantal delante de los fogones sea una de sus muchas virtudes. Y es que si hay alguien que conocer el placer que da la comida, es él que se ha visto privado de ella durante muchas semanas.