Marta Chávarri se alejó de los focos hace más de 25 años y lo hizo por decisión propia. Tomó distancia y se centró únicamente en ella, pero ¿cómo era su día a día antes de su repentino fallecimiento? Instalada en un lujoso ático del barrio Salamanca (Madrid), zona en la que se le podía ver paseando de forma habitual, fue hallada sin vida en el que fue su hogar. De hecho, había una tradición diaria a la que nunca faltaba: su cita con su hermana Isabel, con quien paseaba cada día y quien se había convertido en su absoluta confidente. Justo era Isabel Chávarri, la que rota frente a las cámaras, desvelaba qué era para ella la ya desaparecida Marta.
Marta Chávarri y su día a día con su entorno
"Era única (...) Ella estaba feliz con su nieta", acertaba decir. Tanto ella como su entorno no se explican todavía lo sucedido y es que nada hacía presagiar el triste final de la que fuera marquesa de Cubas. Tenía infinitos planes, muchos más desde que su hijo Álvaro Falcó la convirtiera en abuela el pasado mes de junio. Desde entonces no quería saber otra cosa que curiosidades sobre la pequeña Philippa o pasar tiempo con ella, siendo este bebé un soplo de aire fresco al que no pensaba renunciar. Tampoco al tiempo de calidad que pasaba con su hijo Álvaro, a quien se ha visto destrozado tras la muerte de su progenitora.En solo tres años Álvaro Falcó se ha quedado huérfano, un vacío que nadie podrá llenar y en el que su esposa Isabelle Junot trata de apoyarle. Ellos eran quien, cada día desde hace años, se acercaban a casa de Marta Chávarri para almorzar junto a ella y charlar sobre su vida, también sobre cosas banales. Se adoraban y no encontraron mejor forma de demostrarlo que compartiendo lo más valioso que tenían: su tiempo. Aunque estar con sus personas de confianza no era lo único que la it girl de los años 90 disfrutaba, sino también las manualidades.
Según cuenta Hola, Marta Chávarri aprovechaba las tardes haciendo collages con cartulinas de colores que posteriormente regalaba a su gente, pasatiempos que a ella le ayudaban a relajarse, a desarrollar su creatividad y a mejorar la psicomotricidad. Tanto que incluso se convirtió en una experta en esta materia, algo que recuerda su entorno al hablar sobre ella.Además a Marta Chávarri le gustaba estar coqueta. A pesar de vivir alejada de los focos, eso no quitaba que quisiera estar perfecta y para ello acudía a la peluquería, donde mimaba su cabello y estaba lista para cualquier ocasión. Algo que le hacía feliz, a diferencia de otros quehaceres como ir al gimnasio o cocinar, rutinas que prefería no seguir.
Marta Chávarri sufrió fuertes dolores de cabeza antes de su fallecimiento a los 63 años. Los primeros informes señalaron que había muerto por causas naturales y que todo apuntaba a un infarto cerebral, la misma causa por la que su madre Matilde dejó a su familia con solo 37 años.