No hay duda de que Andrés Iniesta es uno de los deportistas más destacados de la historia del fútbol mundial. Su gol en el Mundial de 2010 contra Holanda dio una de las victorias más ansiadas a España, pero no todo ha sido de color de rosa en su vida. Hay facetas complejas que a menudo no se ven y que ha plasmado en sus memorias, tituladas ‘La mente también juega’, que han salido a la luz este miércoles, 16 de abril.

Andrés Iniesta viendo un partido

Andrés Iniesta viendo un partido.

Gtres

En este libro tan personal, Andrés Iniesta hace un recorrido no solo por su impecable trayectoria profesional, sino también por algunos puntos importantes de su vida como la lucha contra la depresión. Y es que, el exfutbolista experimentó cierto malestar cuando se encontraba en la cima de su carrera, pese a que a muchos pueda parecerles inusual.

La lucha contra la depresión que Andrés Iniesta enfrentó en su mejor momento profesional: "No sabes el motivo, pero te sientes mal"

Esto fue en 2009, cuando acababa de ganar su segunda Champions con el FC Barcelona y se disponía a jugar el Mundial con la Selección Española. Para sus seguidores, Iniesta estaba viviendo un momento plenamente feliz, pero nada más lejos de la realidad, pues estaba haciendo frente a un verdadero caos emocional: “De repente empiezas a encontrarte mal. No sabes el motivo, pero te sientes mal. Un día y otro también. No mejoras. Te hacen un montón de pruebas médicas y nada indica que exista algún problema, y tú no estás bien. No paras de darle vueltas en la cabeza a esa situación que resulta absolutamente desconocida para ti (…) Ese desconocimiento se agrava aún más con la ansiedad”, ha revelado en sus memorias.

Andrés Iniesta en 'El Hormiguero'

Andrés Iniesta en 'El Hormiguero'.

Gtres

Este libro se ha convertido en la vía perfecta para que el deportista pueda expresar cómo se ha sentido en momentos en los que parecía que lo había conquistado todo en la vida. Según él, llegó a tener “una doble vida”: por un lado era “anónima y oscura”, y por otro, pública y aparentemente “feliz”: “Cuando estaba fuera de mi casa, era como si estuviera mintiendo a los demás. Ellos no sabían nada. Ni debían saberlo. Por eso, evitaba ciertas situaciones en las que me encontraba incómodo”. Esto hizo que llegara un instante en el que se sintió “vacío”, pues “no tenía nada dentro”.

 

Pero el bajón llegaba de nuevo en casa, cuando Andrés no se sentía obligado a ocultar sus verdaderos sentimientos: “Entonces, me metía en la ducha y lloraba. Lloraba sin que me viese nadie”, ha revelado. A esto se sumó el fallecimiento repentino de su amigo y compañero de profesión, Dani Jarque: “Cuando me lo contaron me quedé helado. Viví unos días terribles, porque Dani era mi amigo desde hacía mucho tiempo. A partir de ahí todo se precipitó… Todo se volvió oscuro”, ha confesado.

 

Por suerte, contó con el apoyo no solo de su mujer, Anna Ortiz, sino también de su gran pasión, el fútbol, por la que no perdió las ganas de seguir creciendo ni incluso en el peor momento: “Tal vez empecé muy fuerte con la medicación, quizá demasiado, todo influye, pero sentir que quería ir a entrenar era como un pequeño y oculto triunfo para mí”, ha asegurado. Unas palabras con las que deja claro que rendirse nunca estuvo en sus planes, y que eso fue lo que hizo que saliera del bache en el que estaba inmerso para llegar a lo más alto.