“Me han detectado un carcinoma en una mama. Afortunadamente está localizado: no hay metástasis, pero requiere un tratamiento intenso que me va a mantener alejada de este plató". Estas palabras fueron las que pronunció Ana Rosa Quintana hace 11 meses al despedirse de la audiencia sin fecha de vuelta. Casi un año después ha regresado a 'El programa de Ana Rosa', donde ha querido confesarse sobre la batalla más difícil de su vida, un cáncer que le ha mantenido lejos de su día a día. La presentadora no ha querido maquillar su situación y ha recordado lo difícil que ha sido tanto para ella como para los suyos adentrarse en un proceso en el que no ha dejado de estar acompañada. "Yo me preguntaba ¿qué hago aquí en este sofá? Gracias a dios estoy aquí (...) Estoy aquí porque he terminado el tratamiento. No podré decir que estoy curada hasta dentro de cinco o siete años, esto no es de un día para otro", dice Ana Rosa en plató.
La presentadora ha asegurado que es un milagro que haya podido recuperar su vida y ha aclarado cuál fue su decisión cuando supo cuál era el diagnóstico de los médicos. "Tomé la decisión de vivir esto en mi casa, con mi gente, con mi familia. Todos los compañeros cómo se han portado, cómo han entendido mi deseo de estar retirada completamente", continuaba. Ana Rosa Quintana ha reconocido que esta etapa se le ha hecho larga, un bache de salud que le ha servido para saber cuánto y cómo era de querida por todos. "Tengo una deuda eterna con ese inmenso cariño que me ha llegado de todos ustedes, de mis compañeros, hasta del papa. Por medio de WhatsApp e incluso por carta, de mi marido, de mis amigos, de mis hijos", añadía.
Gracias a su optimismo y a los médicos en los que ha confiado ciegamente, Ana Rosa ha vencido esta enfermedad gracias también a la quimioterapia y a la radioterapia, dos tratamientos que le han ayudado en este arduo camino. Refugiarse en su casa de Madrid o en su finca extremeña le ha servido para reencontrarse, lugares en los que, por cierto, practicaba Yoga debido a su alta afectividad en pacientes con el mismo cáncer que ella.
Ana Rosa vuelve al trabajo con nuevo look y lo hace tremendamente ilusionada. Fue el pasado mes de junio cuando posó por primera vez ante las cámaras con su nuevo corte de pelo, un cambio que, por cierto, le sentaba de maravilla. "Ya estoy por aquí (...) Estoy muy bien. El proceso es duro, ¡no voy a engañar!", dijo entonces. Tras más de 330 días lejos de los focos la reina de las mañanas ha recuperado las riendas del programa, un espacio de televisión que ha seguido liderando, ya que sus compañeros han remado a favor para que así fuera.
Da más detalles de cómo ha sido su recuperación
A pocos minutos de acabar el club social, Joaquín Prat ha querido saber más detalles sobre cómo ha vivido estos 11 meses: "Es todo épico. Llevo 30 años trabajando, solo hubo un parón, que fue cuando me cambié de cadena. En 2005 volví aquí. Fue como una primera vez, llevaba mucho tiempo sin trabajar. Ahora ha sido como una primera vez también, no podía dormir. Tenía una cosa en el estómago, eran nervios mezclados con emoción. A la mayoría de los compañeros no los he vuelto a ver. Había pandemia. He estado muy metida en casa, con la familia. Me encuentro fenomenal, pero es verdad que no estoy dada de alta. He acabado un tratamiento, pero podré decir que me han dado de alta en cinco años. Ahora tengo un tratamiento de pastillas y con revisiones. Analítica todos los meses y revisiones con escáner cada trimestre. No hay que echar las campanas al vuelo. Para mí es volver a la vida. Bendita rutina. Aunque me encuentre bien, estoy en mi casa, mis hijos se van al colegio, y era todo raro al empezar el mes de septiembre", ha empezado explicando.
La enfermedad aún no está superada: "Esta enfermedad es dura. Te retiran de tu vida, de la libertad. Tu vida se limita a estar bien para no perder ninguna sesión. He hecho mucho deporte, he cuidado la alimentación, pero todo con la obsesión de querer acabar. Me lo han puesto muy fácil. He tenido mucha suerte. Mi marido ha venido a todas las sesiones conmigo. Un día no pudo y vinieron mis amigas y mi hijo. Hay gente que va sola y en metro, luego llegan a casa y tienen que seguir con su vida. Es una enfermedad que es de toda la familia. Vosotros y mis amigas. Deben de tener un Excel, porque no he estado ni un día sola", dice agradecida.
Ana Rosa Quintana no sabe si ha cambiado todo este tiempo porque reconoce que "los humanos somos muy idiotas y creemos que cambiamos". Aún así, sabe que tiene que cambiar su estilo de vida: "Mi vida tiene que cambiar. No puedo tener el ritmo que tenía antes. Me han dejado incorporarme porque he prometido que me voy a cuidar. Voy a descansar, no voy a tener estrés, no voy a tener disgustos…".