No hay que recordar que Ainhoa Arteta es una de las grandes voces de nuestro país, pero lo que muchos desconocen es que la soprano, de 57 años, tiene una vida intensa repleta de experiencias. De algunas de ellas se ha sincerado junto a Bertín Osborne en 'Mi casa es la tuya'. La tolosarra, además, ha hablado abiertamente sobre amor. No solo ha explicado cómo se encuentra su corazón, también ha contado si tiene pensado enamorarse de nuevo.
Por el momento no está abierta al amor y lo ha dejado muy claro. «Mis amigas me lo tienen prohibido y tienen razón. Hasta que no tenga el corazón en la cabeza, eso no se contempla», ha asegurado. Asimismo ha insistido en que tiene que recuperarse cien por cien de una etapa muy difícil de su vida en la que ha temido por su vida. El pasado verano sufrió un cólico nefrítico que terminó con un fallo multiorgánico que casi le cuesta la vida.
Los cuatro maridos de Ainhoa Arteta
"Cuatro y punto. Esa ha sido la gran tontería en mi vida", ha afirmado sobre sus cuatro matrimonios. Cabe recordar que el último con el capitán de corbeta Matías Urrea nunca llegó a legalizarse, a pesar de que sí hicieron una gran celebración. También ha señalado que mantiene una buena relación con los dos padres de sus hijos. Su segundo marido fue el barítono estadounidense Dwayne Croft, quien es el progenitor de su primera hija, Sarah. Según ha contado la conexión es estupenda al igual que con su tercer marido, el jinete guipuzcoano Jesús Garmendia, padre de su pequeño Iker. Mientras que de su primer marido, un novio de su juventud, no tiene ningún tipo de relación. Con Matías Urrea, su última pareja, ha subrayado que la cosa está bastante reciente.
Ainhoa Arteta ha reconocido que nunca había sido "muy ligona" y que siempre había elegido ella a los hombres. También ha bromeado con que así le había ido porque nunca había atinado. "Siempre elijo fatal". Ha insistido con que lo del flirteo no se le ha dado nada bien. "He sido más bien arisca, soy de bufar», ha bromeado.
La soprano se ha sincerado sobre sus hijos de quienes ha dicho que sienten auténtico "amor odio" por su profesión. El pequeño, Iker, de 12 años, acostumbra a chillar cuando se pone a cantar en casa. "Me boicotea completamente". Mientras que su hija mayor, Sarah, de 21 años, siempre le ha apoyado en su profesión. Aunque haya sido difícil conciliar con su papel de madre. «Mi hija nunca me lo ha reprochado nada, al revés cuando he flaqueado, ella siempre me ha animado a seguir. Ella no me concibe de otra manera. Sabe que soy feliz cantando».