El multimillonario Aga Khan ha fallecido a los 88 años. Era líder de una importante fundación de ayuda para el desarrollo y tuvo amistad con pesos pesados de nuestro país, por lo que su muerte ha provocado un profundo pesar en altas esferas. En concreto, en la Familia Real Española, donde afianzó relaciones desde hace muchas décadas. Por ejemplo con el Rey Juan Carlos y su hija, la Infanta Cristina, de hecho, trabajó junto a ella cuando ella estaba en uno de sus peores momentos.
Cuando estalló el escándalo del caso Nòos y la Infanta Cristina se exilió en Ginebra, donde encontró un trabajo que le permitía seguir con su nivel de vida. El objetivo allí era dirigir proyectos de cooperación internacional en países que estuvieran todavía en vías de desarrollo, campo en el que ella estaba especializada. Si bien ella nunca llegó a confirmarlo, se contó en 'Lecturas' que la hija de los eméritos estaba ganando 400.000 euros anuales. Un gran montante que le permite vivir de forma holgada y que, además, ayuda al modo de vida de sus hijos.
Aga Khan, pieza fundamental en el exilio de la Infanta Cristina
Gracias a la ayuda de Aga Khan IV, grandísimo amigo del Rey Juan Carlos, logró este empleo tan importante para ella. Aunque se desconoce qué sucederá ahora tras su muerte y si esto cambiará el día a día de la Infanta Cristina, hay otra cuestión importante: el Rey Juan Carlos. Fue él quien ejerció de nexo cuando todas las miradas y las críticas se posaron sobre la Infanta Cristina, quien fue señalada por los delitos de su marido, Iñaki Urdangarin. Recordemos que el exduque de Palma fue condenado por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias.
El Rey Juan Carlos y el Aga Khan fueron compañeros en un internado de Suiza
Pero más allá de la Infanta Cristina ¿qué vínculo existió entre Aga Khan, recientemente fallecido, y el Rey Juan Carlos? Te contamos. Ambos compartieron tiempo y espacio en un internado de Suiza, casualidad que unió sus vidas para siempre y es que los dos fueron alumnos del exclusivo colegio 'Le Rosey'. Corría por entonces la década de los 40.
Prueba de esta amistad a prueba de bombas, que el empresario estuviera para lo bueno y lo malo en la vida de don Juan Carlos. Abrió las puertas de su castillo a la relación de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar cuando estaban comenzando, además de estar cerca de la Reina Sofía, quien conoció perfectamente gran parte de sus propiedades.
El Aga Khan fue invitado a la boda de Felipe VI y Letizia
Años más tarde de esto el Aga Khan se esforzó por seguir teniendo presente en su vida a la Casa Real Española, invitándoles a días tan importantes como la boda de su hija. Del mismo modo sucedió al revés. El imán de los musulmanes chiítas ismalíes nizaríes vino para el enlace del Rey Felipe y la Reina Letizia en el año 2004.
Gracias a su abuelo se convirtió en imán en el año 1957, cuando solo tenía 20 años. Un camino en el que ha tenido infinitos momentos importantes tanto a nivel sentimental como laboral. Destaca su divorcio con la modelo Sarah Croker, de quien se separó cuando llevaban 25 años tras varias infidelidades por parte de él. Según explican en 'Vanity Fair' se descubrió que había sido desleal con la azafata de su avión privado, por lo que tuvo que pagar a su expareja y madre de sus hijos 60 millones de euros.
La inmensa fortuna del Aga Khan
Este desembolso en absoluto afectó a la fortuna de Aga Khan, pue supera los 1.000 millones de dólares y ha dado trabajo a más de 80.000 personas en 30 países. Hasta su muerte tuvo a su nombre varias propiedades, aunque destaca una de ellas, que es donde se mudó en su última etapa vital. Trasladó su vivienda a Lisboa, en Portugal, ya que se había comprado un palacete de más de 12 millones de euros en el que afirmaba sentirse muy a gusto.
Quien tuvo la oportunidad de ahondar sobre su vida dice que es el miembro de la realeza mejor relacionado del mundo. Es el hijo mayor del príncipe Aly Khan y ha vivido rodeado de puro lujo, tanto que tiene caballos de primera categoría, un club náutico en Cerdeña e incluso islas privadas.