Victoria de Suecia supera la prueba: se pone el mismo vestido en los Nobel diez años después

Si hay un momento de esplendor para la realeza sueca, ese es la ceremonia de los Premios Nobel. La última edición acaba de celebrarse por todo lo alto y por primera vez sin restricciones tras la pandemia. Por todo ello, los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia han dado el todo por el todo. Pero si alguien nos ha llamado la atención es la princesa heredera Victoria de Suecia, quien ha vuelto a dar una lección de sostenibilidad reciclando un vestido que tiene ¡desde hace diez años!

Se trata de un diseño largo y recto, con manga corta y confeccionado con lentejuelas en un favorecedor color verde, que firma el libanés Elie Saab, uno de los favoritos de las famosas para pasear en la alfombra roja. En este caso, la primogénita de los monarcas lo 'desempolvó' para asistir al banquete organizado por sus padres en honor de los laureados en el Palacio Real de Estocolmo.

Una velada al más alto nivel que requería de un plus de glamour de moda. Y ella se lo tomó muy en serio. Su vestido brillaba sobre su figura y le hacía parecer como una estrella de Hollywood. Le quedaba especialmente estilizado por su corte y el escote en pico. Bien es cierto que las impresionantes joyas también ayudaban mucho al conjunto. Y es que Victoria se coronó con la llamada tiara Laurel, realizada con diamantes; y un fabuloso juego de collar y pendientes de esmeraldas, que forma parte del tesoro real.

Pero lo mejor de todo es que su vestido no le costó nada, pues salía de su fondo de armario. A decir verdad, del fondo más profundo, ya que lleva una década colgado en sus perchas. No lo parece. El modelo continúa siendo moderno y resulta perfecto para cualquier ocasión de gala o fiesta. De hecho, lo estrenó precisamente para la entrega de los Nobel de 2012. Y casualmente lo complementó con el mismo aderezo de esmeraldas.

Lo que está claro es que, aunque ha pasado tanto tiempo, Victoria de Suecia puede seguir luciéndolo como el primer día. A sus 45 años, siendo madre de dos hijos, la princesa heredera presume de tener la misma talla que a los 35. Solo su rostro es algo diferente; ha ganando en matices y madurez. Ella se cuida y se nota. Después de confesar sus problemas de anorexia en su juventud, la princesa ha sabido reeducar su estilo de vida a base de una dieta saludable y equilibrada, combinada con mucho deporte.

En ello tiene mucho que ver su esposo, Daniel Westling, a quien conoció precisamente cuando este dirigía un popular gimnasio de Estocolmo al que ella empezó a ir. Allí saltó la chispa entre ellos e iniciaron su noviazgo. Aunque al principio le costó que los reyes aceptaran esta relación, finalmente su amor se impuso. El 19 de junio de 2010 se dieron el "sí, quiero" en la catedral de San  Nicolás de Estocolmo. Ahora son padres de dos hijos, la princesa Estelle (segunda en la línea de sucesión al trono, tras su madre), de diez años; y el príncipe Oscar, de seis años.

En esta gala, donde se dan cita algunas de las mentes más privilegiadas del universo, también destacó su cuñada, Sofía de Suecia, esposa del príncipe Carlos Felipe. Aunque inevitablemente se quedó corta ante el poderío verde esmeralda de Victoria.