Cuando una mujer se corta el pelo, ¡átense los machos! Esta expresión tan taurina (los machos son las borlas del traje de luces) se refiere a enfrentarse a una dificultad que se debe superar o prepararse para una tarea complicada. Pues bien, la Reina Letizia se ha cortado el pelo. Y lo ha hecho justamente a su regreso de Windsor, donde hemos vivido el gran reencuentro público de la familia Borbón llenos de gestos para el análisis. Vamos, que ha cortado por lo sano. Hablamos de pelo...
Pero quizás su radical cambio de look no es casual. ¿Qué ha pasado para que, en menos de 24 horas y con un viaje de por medio, nada más aterrizar en Madrid haya decidido transformar su imagen?
La Reina Letizia sacrifica su larga melena
Por tradición, por cultura y otros atavismos, las mujeres encontramos en nuestro pelo una especie de belleza y una fuerza superiores. El mito de Sansón también pervive. Te lo cortas y se acabó lo que se daba. ¡Cuántos dramas se han vivido a costa de un simple ajuste de puntas! De manera que el sacrificio de una larga melena (como la de Letizia), ha sido casi como ofrecerla en el altar de los dioses.
Más allá de las modas (su corte 'bob' por encima de los hombros está en tendencia) o del puro aburrimiento, solo podemos intuir las razones que han movido a la Reina Letizia para tomar esta drástica decisión. Un acto sencillo, pero también muy simbólico que nos permite jugar a las pistas observando su anterior aparición.
La fotografía con la que abrimos este artículo se tomó a la salida de la Capilla de San Jorge en Windsor, donde nuestros 'royals' acababan de asistir a la misa en memoria de Constantino de Grecia. Esta nos puede dar algunas señales. De hecho, es de las pocas imágenes de los cuatro Reyes de España juntos que nos han llegado (esta a través de la Casa de S.M. el Rey).
Letizia, sentada al lado de su suegro y lejos de sus cuñadas
Mientras el Rey Felipe tiende su brazo a su padre, el Rey Juan Carlos, para ayudarle a caminar, la esposa de este, la Reina Sofía, permanece justo a su espalda, muy seria. Un palmo por detrás de la emérita, la Reina Letizia, mostrando una media sonrisa y la mirada dirigida hacia el horizonte, con gesto "soñador" y "pensativo", según ha resaltado la prensa británica. Es decir, que estaba un poco sin estar. Mucho más atrás se atisba la mirada curiosa de la Infanta Elena, el ojito derecho de su padre y su fiel escudera.
A la salida de la iglesia, el rostro de Letizia no parecía precisamente relajado. Había estado sentada junto a su suegro durante el servicio religioso. Hubo cortesía, ligeras sonrisas y alguna fugaz interacción. Cuatro personas más a su izquierda se encontraban las Infantas Elena y Cristina. Una situación dispuesta por el protocolo. No pensemos mal.
Este gesto 'amigo' de Don Felipe, aunque el asistente habitual del emérito estuviese preparado al lado, se producía mientras Doña Letizia se adelantaba discretamente unos pasos por delante de la pareja, para cederles todo el protagonismo.
El comentado 'brazo amigo' del Rey Felipe ante la mirada de Letizia
Se ha interpretado por algunos medios como 'de reconciliación' pública con el anciano monarca. Nada de eso, ha asegurado la Casa Real. Se trata simplemente de eso, de un gesto normal entre un padre y un hijo. Vamos, que no busquemos tres pies al gato ni nos hagamos películas. Todo sigue igual, han dicho.
O sea, cada uno en su sitio. Alejamiento público institucional y relación paterno-filial en privado. Eso sí, resulta llamativo porque no veíamos a los Reyes juntos en público desde enero de 2023, justamente en el funeral de Constantino en Atenas.
En su última cita en Madrid, para el 60 cumpleaños de Doña Elena, el pasado 20 de diciembre, el clan Borbón comió en un restaurante, pero no trascendió ninguna imagen de todos juntos. Con esta nueva aparición 'unidos' se vuelven a zanjar los eternos rumores sobre su fría relación.
La tensión de la Reina Letizia con los Borbón
Sin duda, ver a la familia política (a esta familia política) debe estresar y mucho. Más cuando no se tiene tanta costumbre. La tensión entre el Rey Juan Carlos con su hijo y heredero, el Rey Felipe, y por extensión con su nuera (con la que siempre ha tenido sus más y sus menos) ha marcado estos últimos años. Letizia saludó con dos besos a su suegra (que estaba en la primera fila de la iglesia), pero no se vio tanta cercanía con su suegro.
La retirada del emérito en Abu Dabi, sus causas judiciales, sus líos privados... Todo ello ha interpuesto una distancia 'sanitaria' de Felipe VI con su padre en aras del futuro de la monarquía. Y por eso ese 'brazo amigo' que le prestó Don Felipe al anciano soberano ha sido tan comentado. Pero no dejan de ser un padre y un hijo.
Otra cosa es Letizia. Pese a su experiencia en estas lides, podemos entender que estuviera algo tensa. Se han juntado el viaje a Reino Unido (justo tras la conmovedora visita de los Reyes Valencia tras el incendio), el reencuentro oficial con los Borbón y hasta con su archiconocida 'rival' Marie Chantal Miller, duelo de estilo incluido, la responsabilidad de quedar bien ante la realeza internacional (la reina Camilla presidía la misa), la atención y repercusión en los medios... Han sido muchas emociones fuertes.
El simbolismo del corte de melena de Letizia, cual Sansón
Normal que a su regreso lo haya 'pagado' con su pelo. Letizia se ha cortado la melena y con ello ha refrescado su imagen. Ahora luce mucho más juvenil y pizpireta. También estamos a las puertas de la inminente primavera, que siempre nos sugiere un florecimiento personal, un renacimiento. El sol alumbra y calienta, mañana será otro día...
La Reina Letizia se ha quitado un peso de encima metiendo la tijera en su melenón. Cuando nos cortamos el pelo suele haber una crisis personal de por medio, la que sea (mala o buena).
Un deseo de cambio, un giro en nuestro aspecto y quizás también en nuestras costumbres. Queremos avanzar, ser otra en cierto modo. No olvidemos que Sansón perdió la fuerza cuando la perversa Dalila le cortó la coleta a traición. Pero que al final este la recuperó y acabó derrumbando todos los muros sobre sus enemigos. No decimos más...