El Rey Carlos III ha abandonado este martes Clarence House, en Londres, donde reside hasta que terminen las reformas del palacio de Buckingham. Lo ha hecho un día después de que la casa real británica anunciara que padece cáncer. Ya está recibiendo tratamiento para luchar contra la enfermedad. Ha sido una reaparición fugaz. El monarca se ha dejado fotografiar, montado en el coche oficial y acompañado de su inseparable mujer, la reina Camilla, con destino a la casa de campo de Sandringham.
Según han desvelado los medios británicos, la salida de Carlos III de su residencia se ha producido tras mantener una reunión de 45 minutos con su hijo Harry. El duque de Sussex se ha trasladado a la capital británica con carácter urgente después de conocer el duro diagnóstico de su padre. Era el propio soberano quien le llamaba personalmente para trasladarle su último parte de salud. Nada más enterarse, el marido de Meghan Markle no dudaba en coger un avión desde Los Ángeles, donde reside, para estar al lado de su padre. Esto a pesar de las redecillas que padre e hijo han protagonizado en los últimos años. Ha viajado solo, sin su mujer ni los dos hijos que el matrimonio tiene en común, Archie y Lilibeth.
Un gesto afligido que delata cómo se encuentra el rey Carlos III
Con los ojos vidriosos y esbozando una media sonrisa, el rey Carlos III ha saludado a los medios de comunicación ahí reunidos. En todo momento ha estado arropado por la reina consorte, quien también ha reproducido este gesto de deferencia con los profesionales de la prensa que esperaban su reaparición. Visiblemente emocionados, la cara del soberano y su mujer ha dejado entrever la delicada situación por la que atraviesa el matrimonio tras este inesperado revés. Carlos III se ha visto obligado a cancelar por un tiempo sus compromisos públicos, aunque seguirá al frente de la gestión de diversos asuntos de Estado y trámites oficiales "con normalidad", han puntualizado desde la casa real.
Últimos detalles sobre la salud del rey de Inglaterra
El diagnóstico de cáncer del rey Carlos III pillaba a todos por sorpresa. También a sus hijos, Guillermo de Inglaterra y el príncipe Harry. El primero, como sucesor al trono, tendrá que asumir parte de las funciones de su padre al tiempo que su mujer Kate Middleton sigue convaleciente de su reciente operación por un problema abdominal. "Durante el reciente procedimiento hospitalario del rey para un agrandamiento benigno de la próstata, se observó otro tema de preocupación. Las pruebas de diagnóstico posteriores han identificado una forma de cáncer", rezaba el comunicado con el que fuentes oficiales informaron a la opinión pública de los últimos acontecimientos que rodean a su monarca.
Hermetismo absoluto en torno al cáncer que padece Carlos III
Por el momento, se desconoce qué tipo de tumor maligno le ha sido descubierto a Carlos III, aunque sí se ha especificado que no tiene relación alguna con la próstata ni con la intervención quirúrgica a la que se sometió por el agrandamiento de esta zona del cuerpo. Tres días después de la operación, el Rey salía por su propio pie del hospital London Clinic (el mismo en el que estuvo ingresada Kate Middleton) sin que nada hiciera prever este giro de los acontecimiento.
La actitud positiva y esperanzadora de Carlos III frente a su tratamiento
Para evitar fomentar la rumorología entorno a su salud, Carlos de Inglaterra optó por informar de su situación a través del citado comunicado, en un claro ejercicio de trasparencia respecto a sus conciudadanos. "El rey agradece a su equipo médico la rápida intervención (del cáncer), que fue posible gracias a su reciente procedimiento hospitalario. Sigue siendo totalmente positivo acerca del diagnóstico recibido y espera volver a desempeñar plenamente sus funciones públicas lo antes posible. Su Majestad ha decidido compartir su diagnóstico para evitar especulaciones y con la esperanza de que pueda ayudar a la comprensión pública de todos aquellos en todo el mundo afectados por el cáncer", termina la nota.